300 granadinos parten hacia Valencia para ayudar con las tareas de limpieza
Los voluntarios marchan desde La Zubia y la Chana hacia Algemesí en dos autobuses, dos camiones y furgonetas para atender a los afectados por la riada
Gabriel va a dormir los próximos dos días en un saco sobre suelo del polideportivo de Algemesí, pero no le importa. Es el punto que ... el Ayuntamiento de la localidad, afectada por las riadas que sucedieron hace diez días, ha habilitado para acoger a los cientos de voluntarios granadinos que partieron la tarde de ayer hacia el municipio valenciano procedentes La Zubia. El hombre posee un negocio de jardinería que estará cerrado estas jornadas, pero no le importa. «Lo que uno siente allí al echar una mano no se compra con dinero»·, cuenta. El hombre estuvo ya la semana anterior en las labores de limpieza.
Silvia, auxiliar de enfermería, se prepara en la Chana . Ella también acude con otro grupo hacia el mismo municipio en vehículos particulares. La mujer termina de preparar una bolsa totalmente equipada, con guantes, un gorro, una bata, botas de agua y una esponja para protegerse de las infecciones que afloran ya en muchos pueblos por la acumulación de agua estancada, barro o restos de comida y animales muertos. «No sabemos lo que nos vamos a encontrar», declara. «Para ayudar a los demás tenemos que estar bien equipados y garantizar también nuestro bienestar», añade. Todos los voluntarios llevan un pequeño equipo compuesto por esos mismos materiales que han establecido «de forma obligatoria» para garantizar su seguridad .
La imagen se asemeja a la partida hacia una acampada. Los protagonistas cargan mochilas y sacos de dormir, pero también palas, cepillos, cubos e incluso carretillas con las que retirar el lodo, porque su destino es uno de los municipios más golpeados por los destrozos de la DANA.
En total, son 300 los voluntarios de distintas profesiones o incluso estudiantes los que han decidido pasar el fin de semana ayudando con lo que pueden. Distribuidos en dos autobuses, dos camiones, decenas de coches particulares y otras cuantas furgonetas, se han organizado en grupos para desempeñar diversas funciones. «Algunos repartirán comida o se encargarán de cocinarla», afirma. Los electricistas o mecánicos tratarán de aportar sus conocimientos para paliar las deficiencias.
Todos a una
«También habrá quien vaya a limpiar y ayude a achicar agua», expone Gabriel. Fue él quien compartió la iniciativa en redes sociales en la que se han interesado cientos de personas. A ellos se suma otro grupo de sanitarios, que relatan que «han hecho malabares» para cambiar turnos y conseguir días libres para poder acudir a Algemesí. Es el caso de Paula y Mikel, enfermeros. Tienen una idea de lo que se pueden encontrar, aunque vaticinan que en persona será todo mucho peor. «Una inquietud interior nos decía que debíamos ir», relatan. Pero no son los únicos. Junto a ella, Nieves despide a sus dos hijos y sus amigos. El grupo de chavales cursa primero del Grado de Física y refleja bien que el objetivo es trabajar «todos a una». A sus 26 años, Paula ha pedido días libres en el trabajo para poder viajar hasta Valencia. Ha decidido ir sola, sin conocer a nadie. Sus padres acudieron a despedirla mientras se les saltaban las lágrimas. «No tuve ninguna duda a la hora de tomar la decisión. Esto era lo que tenía que hacer», dice mientras carga con una mochila de grandes dimensiones a sus espaldas y aún con las botas de agua en la mano.Tiene a quien parecerse. Su padre la mira con orgullo y afirma que él y su mujer están a la espera de que les den vacaciones para acudir a ayudar a la zona. En la espalda de uno de ellos, se lee: «Valencia, España está contigo». Un mensaje de ánimo cubre también la tela de un carrito repleto de comida. Un instante después, los autobuses cargados de voluntarios empiezan a circular.
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