Más de 250 mujeres tienen congelados sus óvulos en Granada para retrasar la maternidad

Tal y como explica Luis Martínez Navarro, responsable de la Unidad de Reproducción Humana del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, consiste en extraer óvulos y vitrificarlos -congelarlos- hasta que la mujer decida que quiere ser madre. En primer lugar, se realiza una estimulación ovárica, a través de hormonas, durante un periodo aproximado de diez días. Después, los profesionales pinchan los folículos a través de la vagina y sacan los óvulos. «Es la misma técnica de una fecundación in vitro, pero en vez de usarlos mezclándolos con el semen, se vitrifican», detalla.

La edad es clave en este proceso. A los 20 años, el 80% de los óvulos son cromosómicamente normales, cifra que disminuye al 20% a los 42 años. El punto de inflexión está en las 35 primaveras: desde ese momento la fertilidad «da un bajón importante», que se intensifica a los 38. «Cada mujer nace con un número de óvulos determinado. La cantidad disminuye con los años, en algunos casos más que en otros, si ha sufrido intervenciones quirúrgicas o quimioterapia, por ejemplo. La calidad la marca la edad. Tres óvulos de una mujer de 30 años embarazan lo mismo que veinte de una de 40», asegura el profesional.

Permanecen congelados en nitrógeno líquido a -196 grados hasta que la mujer lo decide. En ese momento, se realiza una fecundación in vitro con los espermatozoides de su pareja o del banco de semen. Cuando da lugar a un embrión, se transfiere al útero. «Para tener dos buenos embriones tienes que partir de unos ocho óvulos, porque no todos fertilizan, no todos los que fertilizan siguen adelante, no todos son normales, etcétera», indica el experto.

Muchas féminas se preguntan si este proceso lo cubre la Seguridad Social. La respuesta es que solo en casos específícos, cuando van a sufrir un deterioro de su capacidad de tener hijos por un daño ovárico. Por ejemplo, las que se someten a ciertas cirugías o quimioterapia. De hecho, el 90% de las pacientes que lo llevan a cabo padecen cáncer. En el 70% de estos casos es de mama. El resto puede acudir al ámbito privado a hacerlo, preferiblemente antes de los 35 años. El precio en Granada oscila entre los 2.000 y los 3.000 euros, y suele incluir la técnica de extracción y su mantenimiento durante varios años, tras lo que se cobra por un cargo de mantenimiento.

En cuanto al número total de mujeres que lo han hecho en la provincia, asciende a más de 310, de las cuales varias han acudido posteriormente a descongelarlos, por lo que actualmente más de 250 mujeres los tienen aún vitrificados. Para desglosar este dato habría que distinguir entre la sanidad privada y la pública. En el Hospital Virgen de las Nieves, el único con esta técnica en la provincia, han sido 203 en los 14 años que lleva en marcha el programa. Después han acudido 29 de ellas a descongelarlos, por lo que quedan los óvulos de 174 mujeres.

A esta cifra habría que sumar el de las clínicas privadas. IDEAL ha contactado con todas las que ofrecen este servicio en la provincia, ocho en total, para pedirle esta cifra. De las que han ofrecido sus datos, el Hospital HLA Inmaculada es uno de los que cuenta con mayor actividad en este sentido, con 83 pacientes, de las cuales han descongelado 31, por lo que quedan óvulos de 52 de ellas en el banco, tal y como explica Luis Martínez Navarro, que también es director de la Unidad de Reproducción de este hospital. En la Clínica de fertilidad avanzada Aluz, por su parte, son aproximadamente 30 las mujeres que los han vitrificado, y varias han acudido después para quedarse embarazadas. Suelen volver a los tres años o tres años y medio, según explica Isabel Pérez, directora médica del centro.

Según los datos de la Unidad de Reproducción Humana del Virgen de las Nieves de Granada, el 41,5% de las que han acudido posteriormente para quedarse embarazadas lo ha logrado. Este dato es la media entre las que tenían ovocitos congelados y las que tenían embriones -es decir, el óvulo ya fecundado-. Esta última técnica se realizó en el año 2008, al comenzar el programa, pero conllevaba una posible complicación: la pareja podría romper o el hombre fallecer. En 2009 se generalizó la técnica de la vitrificación.

En general, el 40% de las menores de 35 lo logra. A los 40, la tasa de embarazo se reduce al 20%, según apostilla el doctor Luis Martínez Navarro. La Ley establece que como mínimo hay que ser mayor de edad para someterse a este proceso, pero no habla del máximo. La Seguridad Social lo cubre hasta los 50 años.