21.000 litros de lejía para desinfectar las calles de Granada
Inagra suma ya noventa operarios en el frente de batalla contra el coronavirus, que trabajan ininterrumpidamente en turnos de mañana, tarde y noche
A las ocho de la mañana de este jueves ya olía a lejía en la calle más bella del mundo. Mientras la gente de bien ... apuraba el café, se desplazaba hacia el 'curro' o se preparaba para seguir confinada, las brigadas de desinfección de Inagra, la empresa de limpieza de Granada, llevaban desde buena mañana dándole duro para doblegar al 'bicho'. Aplicando agua a presión contra el asfalto, contra los bancos, contra las señales de tráfico, contra todo el mobiliario que se encontraban en el camino... para erradicar cualquier rastro de coronavirus en la Carrera del Darro y en el resto de viario de la capital. «En esta fase de la desescalada –explica José Luis Puertas, jefe de servicio de Inagra–, en la que hay un mayor número de viandantes, preferimos adelantar la tarea en aquellos puntos como la Carrera del Darro, donde hemos constatado que hay una mayor afluencia de personas». «De esta forma –agrega– minimizamos las molestias y nosotros también podemos actuar mejor y con menos problemas».
La última hora de Granada
Y es que la labor que están haciendo los 350 'amarillos', como llaman algunos vecinos a los empleados de Inagra por el color de sus monos de faena, es siempre imprescindible, pero en tiempos de pandemia como los actuales se torna ya fundamental. De todos estos efectivos, un total de noventa están centrados exclusivamente en el baldeo de espacios públicos para limpiar superficies que, potencialmente, pueden ser una fuente de contagio para los peatones. Inagra no escatima en recursos. En la mañana de ayer había, en el eje comprendido entre plaza Nueva y el Paseo de los Tristes, una hidro limpiadora que se empleaba a fondo con los muretes que dan al cauce del Darro –muchos transeúntes se apoyan ahí para asomarse al río–, una barredora de calzada y otra para las franjas peatonales, y por último un tractor con doble pértiga operado por un conductor y dos asistentes que, embutidos en buzos blancos, higienizaban el Paseo de los Tristes de punta a cabo, incluidos los contenedores y la marquesina del bus urbano.
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José Luis Puertas es uno de los responsables de Inagra que organiza los tajos, planifica y dispone los recursos técnicos y humanos. «Al principio, cuando se decretó la alerta, nos centrábamos en los puntos más sensibles, como alrededores de los hospitales o las residencias de mayores, pero posteriormente ya ampliamos el radio de acción para actuar en todos los barrios al menos una vez a la semana». Según las estimaciones realizadas por la propia Inagra, que también ha extremado las medidas de protección de todos sus peones, cada día se aplican unos quinientos litros de lejía –por cada litro de este producto se añaden cincuenta de agua–. En total, desde que el Gobierno decretó la emergencia el pasado 14 de marzo, se han empleado más de 21.000 litros de este líquido, al que se ha incorporado también hipoclorito –los que manipulan este compuesto han recibido una formación específica por parte de Inagra–.
«La prioridad es la desinfección y por ello no se ha escatimado en lejía e hipoclorito»
Pepa Rubia, Concejala de Medio Ambiente
Desde que se autorizó el desconfinamiento parcial por parte del Gobierno de la nación, con salidas por tramos horarios de diferentes colectivos de población, Inagra reforzó el plantel con veinte operarios más para limpieza orientada a la desinfección, con lo que son ya noventa los peones que se dedican a este importante cometido distribuidos en turnos de mañana y tarde. También durante la noche hay diez centrados exclusivamente en esta función. Dentro de estas labores, tienen especial relevancia las que está llevando a cabo un equipo de doce trabajadores que portan mochilas con agua y lejía que esparcen mediante aparatos difusores. Éstos se mueven a diario con sus motocarros por todo el casco urbano. De forma paralela, toda la plantilla de Inagra sigue desarrollando el resto de servicios ordinarios con normalidad, incluida la recogida de residuos.
Desde el 24 de marzo se sumaron a las labores de desinfección con lejía –antes se realizaban sólo con agua– otros veintisiete vehículos: once hidrolimpiadoras, ocho barredoras de calzada y cuatro peatonales, dos baldeaceras, una cuba y un tractor con doble pértiga –mangueras que se extienden a ambos lados para optimizar el trabajo–. Todos ellos atienden de manera prioritaria las zonas donde se concentra una mayor cantidad población. Hablamos de exteriores de los centros de salud, hospitales, residencias de ancianos, mercados de abastos, supermercados, farmacias y todo el mobiliario urbano que hallan a su paso –bancos, papeleras, barandillas y contenedores–.
Prioridad
La concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Granada, Pepa Rubia, asegura que «la prioridad ha sido la higiene y la desinfección, y por ello no se ha escatimado esfuerzos en la utilización de lejía e hipoclorito; hemos ido incorporando cada vez más medios tanto humanos como mecánicos». «De hecho –resalta la edil– el permiso para salir a la calle, primero para los niños desde el domingo día 26 de abril, y el resto para adultos desde el pasado sábado, ha conllevado que los servicios de Inagra vayan incorporando más personal, con el objetivo de garantizar esa desinfección especialmente en todo lo que puede estar al alcance de las manos». «Siempre teniendo en cuenta que hasta la fecha los columpios permanecen clausurados; hacemos en este apartado una llamada a la responsabilidad por parte de los padres», comenta.
«Al principio nos centramos en los puntos más sensibles; ahora en todos los barrios de Granada»
José Luis Puertas, Jefe de servicio de Inagra
Dentro de este Plan de Desinfección, diseñado para cubrir todos los barrios de Granada, se ha incidido en la limpieza interior de los contenedores. Hasta la fecha se han saneado todos los receptáculos de carga lateral con dos camiones con sistema de lavado en turnos de mañana y noche, y ya se está procediendo a un segundo repaso. «Para ello es imprescindible la colaboración vecinal, a fin de que se respete el horario de depósito de la basura de ocho de la tarde a once de la noche, ya que es necesario que el contenedor esté vacío para poder desinfectarlo por dentro y por fuera», asegura Pepa Rubia. Abundando en este asunto, la concejala ha insistido en la necesidad de la separación de los residuos en el hogar, ya que «no podemos dejar de hacer este esfuerzo y aprovechar para enseñar a los más pequeños la importancia de realizar pequeños gestos que contribuyen a la conservación del medio ambiente».
«Nuestro aplauso también es para vosotros»
«Siempre supimos que estabais ahí. Hoy valoramos lo imprescindibles que sois. ¡Gracias! Nuestro aplauso también es para vosotros». Es una de las multiples notas que alguien, de forma anónima, dejó pegada en un contenedor de Granada. Una muestra de cariño que se suma a todas las que reciben, in situ, por parte de los ciudadanos de Granada, los 350 trabajadores de Inagra, noventa de ellos centrados exclusivamente en tareas de desinfección. «Nos sentimos muy agradecidos por las muestras de respeto y cariño hacia nosotros», asegura José Luis Puertas, jefe de servicio de Inagra.
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