Las 20 mafias del crimen organizado de Granada

Los últimos datos del Ministerio del Interior, publicados este mes de mayo, sitúan en la geografía granadina a una veintena de organizaciones criminales desarticuladas el pasado ejercicio, una cifra nada comparable a las más de cien existentes en tierra malacitana, con un número similar en Cádiz, Alicante o Valencia, y algo más en Madrid y Barcelona. La provincia granadina se sitúa en el penúltimo escalón en número de grupos del crimen organizado de los seis niveles establecidos por el Ministerio del Interior.

Guardia Civil, con apoyo de los carabinieri italianos y la policía polaca, desarticuló en agosto de 2016 a una organización dedicada al tráfico de hachís a nivel internacional, cuyo colíder estaba asentado en La Herradura. El 'número 2' de la organización, buscado por toda Europa, hacía una vida demasiado normal en este enclave costero granadino. Vivía en una urbanización desde la cual veía el velero utilizado para llevar el hachís a Italia, desde donde se distribuía por el centro de Europa. Pagaba 550 euros por el arrendamiento de un dúplex en Marina del Este.

La operación de la Guardia Civil contó con el apoyo de las policías de Polonia, Italia, Reino Unido y Alemania coordinadas a través de Europol. Lograron desmantelar una organización de tráfico internacional de drogas con 19 personas de nacionalidad polaca detenidas y 3.300 kilos de hachís interceptados.

Todo empezó en septiembre de 2015. La Guardia Civil de Granada, en sus funciones habituales de vigilancia, comenzó a sospechar de un velero amarrado en el puerto de Marina del Este con nombre 'Condor of the World'. Los movimientos de su tripulación llevaron a los investigadores granadinos de la policía judicial del instituto armado a saber que se trataba de una organización de polacos dedicada a introducir toneladas de hachís en Suecia, Alemania, Ucrania, Polonia, Gran Bretaña, Francia e Italia, entre otros países.

El lugarteniente del principal capo de la organización veía el puerto de Marina del Este desde su casa. Allí, en ese puerto, se encontraba el velero 'Condor of the World'. Lo usaba para viajar a Marruecos, donde llenaba su bodega de hachís, y después ponía rumbo a las costas italianas y francesas para, desde allí, desembarcar la droga. El líder de la organización, un peligroso narcotraficante buscado en distintos países y con un currículo repleto de asesinatos, extorsiones, robos y tráfico de drogas, residía a caballo entre Alemania y Polonia.

Sólo cuando se efectuaba alguna operación de narcotráfico venía a España, concretamente, a Marbella (Málaga). Desde allí se desplazaba a Marina del Este, al puerto donde se encontraba amarrado el velero para transportar la droga y allí visitaba a su lugarteniente con residencia en la vivienda de la urbanización Abencerrajes. «Las mayores complicaciones que tuvimos fueron las fuertes medidas de seguridad que mantenían», apunta el capitán de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Granada, que dirigió el operativo en Granada.

En el último año se han desmantelado diez organizaciones criminales menos asentadas en la geografía granadina con respecto al año anterior, pues han sido 20 frente a las 30 de 2015.

«La costa granadina es un asentamiento más de estas organizaciones. Muchas huyen de la Costa del Sol porque saben que es una zona muy concurrida y se asientan por aquí o en Cádiz», comenta un policía nacional que hace años pertenecía a la Udyco -la Unidad que lucha contra la Delincuencia y el Crimen organizado-.

Aunque la capital granadina no se salva de estas bandas. Policía Nacional detuvo a doce personas en febrero de 2016 acusadas de tráfico de droga, tenencia ilícita de armas y tráfico ilegal de vehículos de lujo. Fue una minuciosa e impecable investigación policial que comenzó en noviembre de 2015 tras detectarse 'correos humanos' que llevaban cocaína a Israel desde Granada. Se trata de una de las bandas más activas dedicadas presuntamente al tráfico de cocaína, según la propia Policía Nacional.

La Policía israelí colaboró con los agentes de la Policía Nacional en la desarticulación de este grupo criminal, formado por doce personas y presuntamente dedicado al tráfico de estupefacientes y a otras actividades delictivas. Esta organización, la más activa que operaba en Granada, tenía en su poder un fusil de asalto AK-47 y diez armas cortas de fuego, que fueron intervenidas en los registros. Los agentes desmantelaron dos plantaciones de marihuana -con más de 600 plantas- e intervinieron cinco vehículos de lujo con los kilómetros alterados que el grupo vendían para blanquear los beneficios. Los arrestados tenían contactos en Israel, país donde enviaban cocaína por medio de los mencionados 'correos humanos'. El juez los dejó en libertad con cargos tras pasar por los calabozos.

«Otra de las características de estas organizaciones es que disponen de muy buenos abogados y por ello las operaciones tienen que estar muy bien hilvanadas y justificadas. Pese a ello nos encontramos muchas veces, quizá demasiadas, con que han quedado en libertad después de muchas horas de trabajo», apunta el referido policía nacional que estuvo en la Udyco.

La lucha contra el crimen organizado se ha convertido en una prioridad para los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado tanto en Granada como en el resto de provincias españolas. El Ministerio del Interior decidió unir el Servicio de Inteligencia del Centro contra el Crimen Organizado (CITCO) y el Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista. Esta unión se produjo por los vínculos encontrados entre el crimen organizado y la financiación del terrorismo yihadista.

Marihuana

«El crimen organizado en Granada se dedica principalmente al tráfico de marihuana. Nos hemos convertido en el invernadero de Europa y las organizaciones extranjeras han puesto sus ojos en Granada. Cada vez funcionan de forma más parecida a las bandas dedicadas al tráfico de cocaína, por ejemplo. Los efectos colaterales los estamos viendo en las extorsiones, las tentativas de homicidio o los robos de marihuana o dinero», comenta el teniente de la policía judicial de la Guardia Civil de Granada.

Los componentes de estas organizaciones no responden a un único perfil. Son personas de nacionalidad española o de otros países, gente de Granada o extranjeros asentados en la provincia granadina. Da igual. «El negocio de la marihuana está generando cada vez más problemas delictivos importantes y es un fenómeno que debe combatirse desde todas las instituciones con toda la fuerza posible. No es ninguna tontería y las consecuencias las estamos viendo», apunta el teniente.

Las principales ocupaciones de las organizaciones criminales organizadas asentadas en Granada son dos: el tráfico de marihuana y de hachís, así como los delitos contra el patrimonio. «Por lo general, todos acaban en los asuntos de droga, aunque comiencen por otras actividades delictivas distintas», señala el policía exUdyco consultado por este periódico. «Los problemas llegan, la mayoría de las veces, por parte de los intermediarios que pueden quedarse con las mercancías o con el dinero. Después vienen las represalias, en plan de secuestros, tentativas de homicidio o extorsiones».

Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado tienen registrados en España 444 grupos criminales organizados en estos momentos. El pasado año hubo 5.356 detenidos, más de un centenar de ellos en Granada, y 16.208 personas investigadas en todo el país.

Desde Granada, como desde cualquier otra provincia española, hay un nexo con Europol y Eurojust para facilitar el trabajo de los agentes cuando la investigación cruza la frontera española. Y detrás de estos grupos asentados en Granada hay buenas infraestructuras, a nivel de coches, casas y otros medios. «Nosotros desarticulamos una organización que tenía barcas y camiones, dedicada al tráfico de drogas. Usaban una nave de Santa Fe para esconder sus medios», explica el capitán de la policía judicial.

Lo más complicado de la lucha contra el crimen organizado es llegar a lo alto de la pirámide para desarticular la banda. Un trabajo brutal la mayoría de las ocasiones que conlleva meses de seguimientos, investigaciones, pinchazos telefónicos y que, por lo general, cuenta con un sobreesfuerzo de los guardias civiles o policías nacionales que suelen tapar las carencias de personal existentes en la actualidad para combatir a estas organizaciones.

Entre los grandes capos escondidos en Granada, basta recordar a un narco gallego detenido hace cuatro años en una urbanización de Otura, un fugitivo británico que estuvo asentado en Alomartes y desde allí movía la marihuana al Reino Unido, o el lugarteniente del líder de la banda de polacos arrestado en Marina del Este en 2016. La vida para estas mafias solo vale lo que cuesta apretar el gatillo.