El polen del olivo alcanza niveles muy altos y dispara las alergias
Mayo es el peor mes para los afectados y el viento aumentó la presencia de polen en el aire y las urgencias médicas
Á. P.
Miércoles, 10 de mayo 2017, 02:23
El viento que hizo ayer, ocho de mayo, provocó un reguero de estornudos y malestar en los alérgicos de la capital, donde el aire estuvo ... invadido de polen de olivo en suspensión, que ya alcanza niveles muy altos de concentración. Cada vez hay más olivares con una floración muy abundante, la contaminación de la capital y la ausencia de lluvia empeoran las patologías respiratorias y el menor contacto con la naturaleza de las sucesivas generaciones las hace cada vez más vulnerables a este tipo de alergias. Así lo resumió ayer la doctora Ana Martínez Cañavate, responsable de la unidad de alergia del Hospital Materno Infantil de Granada.
La alergia ataca más fuerte en mayo y sus efectos se alargan hasta entrado junio, según el alergólogo del Hospital Vithas la Salud de Granada Julián López Caballero, quien advirtió del aumento de pacientes en consulta o recurriendo a urgencias para ver a un alergólogo.
Los síntomas empiezan con estornudos más frecuentes de lo habitual, picor en los ojos y humedad en la nariz. La concentración de polen puede dar lugar a que la alergia evolucione a asma bronquial, haciendo que a las personas que lo sufren les falte el aire, tosan mucho y sientan pitidos en el pecho.
Ante los primeros síntomas, lo más recomendable es acudir al especialista, y, mientras, evitar en la medida de lo posible los paseos al aire libre o en zonas ajardinadas especialmente a primera hora de la mañana y a última de la tarde. «Llevamos un tiempo pidiendo que la concentración de polen en el aire se publique con las cifras exactas, no sólo con una escala de colores (del blanco al granate), para que los alérgicos más vulnerables puedan prever sus jornadas con anticipación en caso de que haya muchísimo polen. No es lo mismo 500 granos polen en un m3 de aire que 2.500, aunque ambos sean niveles extremos», apostilló la doctora Ana Martínez Cañavate.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
