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Viernes, 5 de mayo 2017, 01:00
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Que las tapas de Granada son uno de sus principales atractivos turísticos es un hecho conocido por todos. Tanto es así, que su excepcionalidad ha llegado, nada más y nada menos, que hasta el 'New York Times', periódico que ya habló recientemente de la 'mala follá' granaína. En un extenso reportaje, el periodista relata su experiencia en la ciudad de la Alhambra y su paso por los numerosos establecimientos que hacen gala de esta tradición tan granadina.
Shivani Vora empieza su recorrido en la céntrica calle Ángel Ganivet, donde recibe como obsequio con su copa de vino un generoso plato de sepia, seguido de un queso manchego con anchoas en aceite de oliva picante y de unos calamares crujientes. El reportero explica entonces que estas tapas son gratis en Granada, una «cultura casi única de la ciudad».
Además, Vora apunta a que «la comida es de alta calidad y que las raciones son muy generosas», por lo que «las tapas pueden sustituir perfectamente al almuerzo o a la cena».
El recorrido del periodista continúa en Plaza Bibrambla, donde numerosas terrazas de restaurantes y bares invitan a sentarse al sol y a degustar sus tapas con un buen vino o una cerveza bien fría. Es aquí donde descubre que «la variedad de cultura gastronómica es también un elemento a destacar de las tradicionales tapas granadinas». Platos asiáticos, peruanos, españoles todo tiene cabida en las cocinas de los bares de la ciudad.
Pero la gastronomía granadina también está presente en muchos establecimientos, que tienen la costumbre de poner tapas de migas y otros platos tradicionales, sobre todo a mediodía. Así lo descubrió Vora durante su visita a nuestra ciudad, donde las tapas «son una forma de vida».
El periodista del New York Times hace referencia también a los bares especializados en tapas de pescado a su paso por el Realejo y por el centro de la ciudad. Algunos se decantan por las generosas tapas de «pescaíto frito» y otros por el marisco, como las gambas, las quisquillas o las tortitas de camarones.
«Los turistas tienden a comparar los bares tradicionales con los vanguardistas», le dijo un granadino a este reportero, que se ha quedado prendado de nuestra gastronomía y de la Alhambra, a la que define como «majestuosa e impresionante fortaleza morisca».
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