Niños de la guerra a la espera de un papel
La llegada de menores refugiados a Motril, anunciada hace dos meses, encalla en la burocracia
cristina gonzález
Jueves, 1 de septiembre 2016, 01:24
La burocracia suele ser perversa. Lo es cuando alguien quiere pedir un permiso para una pequeña obra en su casa y se topa con la ... pesada y lenta maquinaria de la administración. Hay molestias por el retraso pero se trata de cosas materiales. El verdadero problema es cuando quienes se pierden en el laberinto institucional son personas, en este caso niños, víctimas de una auténtica pesadilla. Hace poco más de dos meses la Junta de Andalucía, por boca de su presidenta, Susana Díaz, anunciaba una actuación pionera para acoger en el centro de menores de Motril a chavales en situación de desamparo tras perder a su familia a causa de los conflictos bélicos y que actualmente se encuentran en albergues de Grecia e Italia. En concreto, se avanzaba la llegada de 24 chicos a la localidad granadina, aunque no se descartaba que el cupo se ampliara a más de un centenar en caso de ser necesario. La pelota estaba entonces en el tejado del Gobierno central y, en concreto, del Ministerio del Interior, quien debe emitir la autorización y los visados necesarios. Es aquí dónde esta iniciativa humanitaria ha encallado.
Aunque Susana Díaz confirmaba el pasado 21 de junio que ya había luz verde desde Moncloa, lo cierto es que a día de hoy no hay plazos concretos para poder recibir a los menores refugiados. Desde la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales aseguraron a este periódico que todo está pendiente «de que el Gobierno central, responsable de los visados, los lleve a cabo». Y añaden: «Esperamos que sea lo antes posible; que sea en septiembre».
Es sólo un deseo expresado en voz alta porque lo cierto es que no hay plazos concretos. La propia consejera del ramo, María José Sánchez, daba un toque de atención hace apenas dos semanas y pedía en declaraciones a Europa Press «agilidad» al Ministerio del Interior, cuyos responsables están en funciones a la espera de que se forme un nuevo gobierno. Sin este documento oficial, los niños no pueden viajar a España ni instalarse en el centro SAMU de Motril.
«Todo preparado»
Sánchez desvelaba que en la localidad granadina «está todo preparado para su llegada» y que pese a que desde Madrid ya se había dado el visto bueno a esta propuesta pionera en Europa, impulsada por Andalucía y por la agencia de la ONU para los refugiados Acnur, no se habían materializado los trámites. «Esperamos exclusivamente que nos asignen a los menores que de momento no están llegando», reconocía. Esta redacción ha solicitado sin éxito al Ministerio del Interior y a la Vicepresidencia del Gobierno información sobre el punto en qué se encuentra esa tramitación y los plazos previstos para emitir los visados.
Para el Gobierno andaluz, el Centro de menores motrileño, lugar elegido para la estancia de los chavales, tiene todos los recursos sociales, sanitarios y educativos, así como culturales, de ocio y de tiempo libre, lo que convierten a estas instalaciones en el enclave ideal para recibirlos. El director general de SAMU, Carlos González de Escalada, afirmó que el compromiso de Fundación SAMU «se basa en una atención integral en régimen de alojamiento a los refugiado por el periodo que fuese necesario». El tiempo de acogida dependerá de cada caso individual, de cómo evolucione su país y de si cuentan con familiares cercanos que en algún momento puedan hacerse cargo. De hecho, hay situaciones en que los allegados están identificados, aunque hayan perdido a los padres. En otros, no tienen a nadie y el futuro de los pequeños es, por desgracia, más incierto.
El objetivo que se ha marcado la Junta de Andalucía con este acogimiento residencial es proporcionar a los menores refugiados la protección y los cuidados necesarios. Para ello se establecerán medidas para facilitar la realización personal y la integración social y educativa. En el caso de los jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 18 años, se plantea además su inserción en el mercado laboral mediante programas de formación profesional. La mirada está puesta en que cuando cumplan la mayoría de edad sean totalmente autónomos.
Peticiones de asilo
El anuncio de Andalucía ha tenido un efecto llamada. Otras entidades, al margen de Acnur, se están poniendo en contacto con los responsables de la administración autonómica para sumarse a este programa que da un paso más en la solidaridad con los afectados por países azotados por conflictos bélicos que piden ayuda a Europa. No son pocos. En 2015 hubo más de 90.000 peticiones de asilo a menores en situación de desamparo, la mayoría sirios y afganos, frente a una propuesta de acogida por parte de la Unión Europea de sólo 33 niños, según los datos facilitados por la Junta. Una respuesta que a todas luces se queda corta para dar respuesta a este drama.
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