Urbanismo investiga la colocación de dos aparatos de aire en la Catedral

Se da la circunstancia de que las máquinas, instaladas en uno de los tejados pegados a la Capilla Real, fueron retiradas poco después de que el Consistorio recibiera de forma anónima una fotografía -la misma que abre esta página- en la que se apreciaba perfectamente el montaje, según informaron a IDEAL fuentes municipales.

A pesar de ello, Urbanismo ha adoptado la determinación de enviar a un técnico para que examine el lugar y aclare si las obras para asentar, y quitar, los dispositivos han causado daños en los muros de la Catedral.

Además, y según precisaron las mismas fuetes, el Ayuntamiento va a comunicar lo ocurrido a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía para que también tome las medidas que estime oportuno.

Máxima protección

El hecho de que la Catedral tenga la categoría de BIC supone que disfruta de un grado de protección máximo, lo que implica, entre otras cosas, que para llevar a cabo cualquier tipo de trabajo o «modificación» en ella es obligatorio contar con la autorización de las autoridades competentes, en este caso, la administración autonómica.

En 2007, la Catedral se vio envuelta en un episodio similar, aunque en aquella ocasión la polémica estalló por la colocación de unos anclajes en el templo capitalino, lo que, a su vez, daría lugar a la llamada 'guerra de los toldos', un largo conflicto que enfrentó al Ayuntamiento, gobernado entonces por el PP, con la Junta.

Todo empezó cuando Cultura inició un expediente sancionador por los anclajes colocados en la Catedral, con una multa de 6.211 euros. El argumento era que, de acuerdo con la ley de patrimonio de 2007, no se podía alterar las fachadas de inmuebles como el Palacio Arzobispal, la Curia, el antiguo Colegio de Niñas Nobles, el Banco de España o el Café Suizo: aunque sea para enganchar temporalmente unas lonas que dieran sombra.

Posteriormente, la misma institución cursó un segundo expediente por la colocación de cables y antenas en la torre de la Catedral. El Ayuntamiento replicó que la Junta no era tan escrupulosa en Sevilla, donde su consistorio también incurría en esa práctica.

Curiosamente, el propio Arzobispado remitió una carta a la Junta el 12 de mayo donde alertaba de la colocación de un «tenderete» adosado a la fachada de la Curia y de un manojo de cables, al tiempo que criticaba la pasividad de las administraciones «y la falta de medidas que prevengan y corrijan estos hechos (...)». Cultura incoó el tercer expediente.

La fiscalía

La polémica acabó por recalar en la Fiscalía Provincial de Granada, que, en 2011, archivó las diligencias de investigación penal que había abierto al Ayuntamiento de Granada por la instalación de los anclajes de marras. El ministerio público no observó indicios de delito, pero, no obstante, pidió «dar solución a este grave problema», con el objetivo de que no puedan producirse desperfectos en los BIC de la capital, teniendo en cuenta que los toldos se colocaban año tras año con motivo de la festividad del Corpus Christi.

A ver en qué queda ahora lo de los aires acondicionados.