Del instituto Hermenegildo Lanz a los talleres de Italia

Por primera vez, alumnos de segundo de formación profesional (FP) básica de entre 16 y 18 años de edad, han podido realizar 120 horas de prácticas en empresas en un país europeo. En otras ocasiones habían participado en esta iniciativa estudiantes de los ciclos medios y superiores, pero nunca de la básica.

«Han tenido la oportunidad de despertar la conciencia europea, el aprendizaje intercultural entre los jóvenes y la formación en el marco de políticas educativas europeas, así como mejorar sus habilidades profesionales, lingüísticas, sociales, organizativas, culturales y personales. También han conseguido un certificado que acredita las competencias y habilidades desarrolladas y el certificado de movilidad Europa, que demuestra su estancia en el extranjero y que podrán incluir en su currículum», explica Tarifa.

«Esto supondrá, sin lugar a dudas, marcar una gran diferencia con respecto a sus competidores a la hora de acceder al mercado laboral y estoy seguro de que les servirá de motivación para cursos posteriores y que les hará esforzarse al máximo y obtener los mejores resultados posibles para poder ser elegidos como participantes de futuros proyectos. Además, estos alumnos se vienen con el enriquecimiento personal de conocer otra cultura, otras costumbres, apreciarlas y aprender a respetarlas, como también han aprendido a ser más independientes y autónomos y perder el miedo a viajar a otros países de la Unión Europea», añade.

Ha sido una acción que les ha fortalecido y favorecido personal y profesionalmente. Para los estudiantes ha sido una experiencia «única, inolvidable y muy enriquecedora». Los participantes en este proyecto son estudiantes que estaban fuera del sistema educativo y con esta FP básica van a conseguir graduarse y poder acceder a sus ciclos formativos, al medio. Participar en este programa les aporta un plus más.

Antes de ir a Italia, los participantes realizaron un curso de 30 horas de inmersión lingüística y cultural de italiano. Al llegar, lo que más les costó en las empresas fue la comunicación pero después los tutores y ellos se esforzaron con diferentes métodos y evolucionaron mucho.

Los costes de estas movilidades han sido subvencionados por la Agencia Nacional y cubre la mayoría de los gastos que se produjeron; viajes, estancia, manutención, difusión, seguros, organización, curso de idiomas. Durante la estancia pernoctaron en un albergue juvenil, que gestionó el centro. Allí aprendieron también a administrarse el dinero y comprar para hacer su comida.

Además, los fines de semana visitaron y conocieron ciudades como Florencia, Venecia o la república constitucional de San Marino, el Estado soberano más antiguo del mundo.

Centro de acogida

Las prácticas en las distintas empresas se desarrollaron sustentadas en la colaboración del centro de acogida ENAIP, que fue el encargado de seleccionar las empresas colaboradoras en la ciudad de Forlì en la Región de Emilia-Romagna de Italia.

«Como docente, me gustaría destacar que para estos alumnos ha sido una experiencia única e inolvidable en la que, aparte de la formación práctica, han tenido la oportunidad de convivir durante casi un mes en un entorno distinto tanto desde el punto de vista cultural como social. A estos alumnos, que se incorporaron a la formación profesional básica por no tener superada la Secundaria y ser mayores de 15 años y menores de 18, se les ha abierto un futuro profesional que de otra manera no hubieran podido conseguir. El IES Politécnico Hermenegildo Lanz de Granada ha sido el primer instituto de España que ha llevado a cabo este proyecto gracias al trabajo y el empeño de la gestión que está llevando a cabo su equipo directivo y la implicación de su profesorado para que sus alumnos puedan tener la mejor y más completa formación profesional», resaltó Francisco Tarifa.

Los estudiantes terminaron el curso el día 19 de mayo. Las prácticas en empresas españolas las hicieron el curso pasado. Han tenido la oportunidad de comparar los diferentes sistemas de trabajo y acumular experiencia y ser testigos de dos sistemas que pueden abrirles una puerta al mercado laboral y cimentar mejor los cimientos de su formación.