Concluye la restauración exterior de la Capilla Real de Granada

El capellán mayor de la Capilla Real, Manuel Reyes, ha destacado hoy los resultado de un trabajo costoso en tiempo e inversiones que ha permitido remozar los tejados del monumento, recuperar cresterías, pináculos y cubiertas y que sumará en breve una nueva iluminación para mantenerse como atractivo cultural y turístico.

Las obras exteriores de la Capilla Real, que se han sumado a otros veinte años de trabajos en el interior, han costado más de 2.150.000 euros aportados íntegramente por el Cabildo con los ingresos de las entradas para disfrutar del monumento, que recibe anualmente a 385.000 visitantes.

Los Reyes Católicos mandaron construir esta Capilla en septiembre de 1504 para que albergara sus restos en un edificio monumental de época gótica que sumó, ya en el siglo XX, el museo capitular que incluye una colección de pintura flamenca que le ha otorgado relevancia internacional.

El arquitecto responsable de las obras, Pedro Salmerón, ha detallado que las obras han permitido recuperar la "dignidad" del edificio, en el que han aparecido estructuras de la Granada medieval que comunica el monumento con La Madraza, la primera universidad árabe de la ciudad fundada en 1349, y que se presentarán en abril.

Las obras exteriores han limpiado los muros hasta recuperar los colores originales y mantienen los grafittis de épocas anteriores, junto a una intervención en las cubiertas para garantizar el futuro del museo y conseguir que el estado exterior "acompañe a los valores del interior", según el arquitecto.

El proyecto

El proyecto ha remozado 225 metros lineales de cresterías, 1.700 metros cuadrados de paramentos y otros 300 metros cuadrados de cubiertas y ha actuado en el templo y la sacristía para asegurar contrafuertes, combatir humedades y eliminar los naranjos de la plaza en lo que Salmerón ha considerado una "lucha titánica contra el tiempo" que le otorgará "un poquito más de vida" a la Capilla.

Ha destacado además la complejidad en los trabajos con las cresterías y los pináculos, elementos decorativos pero con una función estructural que contaban ya con reposiciones de piedra anteriores y que lucen más claros tras un trabajo de restauración de "un alto nivel de exigencia".

Las obras exteriores de la Capilla Real se suman a los veinte años de trabajos en su interior, que sirvieron para renovar las instalaciones de la Posguerra y restaurar habitaciones y cuadros con el control férreo de comisiones de expertos internacionales.

Reyes ha adelantado que las siguientes obras se dedicarían a la Lonja y algunos salones, cuando haya fondos para acometerlas.