El Zaidín pide asfalto, bullicio y menos verde
Los vecinos y tiendas de la avenida de Dílar reclaman la apertura del antiguo vial que facilitaba la entrada de coches, aunque se inviertan dos millones para ahorrar tres minutos
Ángeles Peñalver
Lunes, 25 de enero 2016, 16:46
Hubo una vez en que el Zaidín, en concreto una de sus arterias principales, la avenida de Dílar, vivía de la efervescencia comercial de una ... zona de paso casi obligatorio para los vecinos de los pueblos cercanos, como Gójar, Dílar, Ogíjares. en su camino hacia el centro de la capital. Pero poco a poco, la aparición de la Ronda Sur hace 20 años, las obras y la urbanización del PTS en la primera década del siglo XXI, la apertura del centro comercial Serrallo en el 2012 y la próxima inauguración del Nevada han ido haciendo languidecer la llegada de clientes a un área más ensimismada que nunca.
Con ese panorama, aunque el barrio es populoso y las tiendas de cercanía siguen funcionando bien, como las librerías al lado de los colegios, no es de extrañar que los vecinos estén de uñas y un simple vial de 325 metros haya hecho estallar la guerra.
La librera Ángeles, del negocio Punto y Aparte, cuenta desde detrás del mostrador de su local, ubicado en la avenida de Dílar, que tras 25 años enclavada en la zona no le va mal, pero reconoce que por delante de su escaparate transitan menos coches que antes y eso se traduce en una bajada de las ventas. «Aunque a mí no me atañe demasiado, por solidaridad con mis compañeros quiero que se reabra ese vial que tanta vida traía al barrio».
La carretera en cuestión de la que habla la librera está apenas a 200 metros de su negocio y ahora no tiene apariencia de vial, sino que es una suerte de zona ajardinada, con poco lustre, que rodea la biblioteca biosanitaria del Campus de la Salud y se extiende algo más allá, hacia la sede central del 061 y un cortijo rehabilitado y convertido en la sede de la Fundación del Parque Tecnológico. Este último proyecto ha levantado en la frontera del Zaidín facultades, empresas, centros de investigación y otros edificios vinculados con la marca 'Granada Salud'.
Paradójicamente, aunque en el entorno de la avenida de Dílar reside ahora más gente que antes (han desembarcado casi 4.000 estudiantes) a un mecánico del barrio se le antoja que se puede poner en mitad de la calle sin ser atropellado muchas mañanas, cuando antes cruzar esa vía era una operación de alto riesgo.
«Es un desierto»
«Esto es un desierto a veces y cuando abra el centro comercial Nevada será aún peor. La gente ya no entra por aquí y quien lo sigue haciendo desde Ogíjares, como el sistema de rotondas del PTS está pensado para eso, se marcha hacia la avenida Emperador Carlos V, hacia el Palacio de Deportes, porque lo natural ya no es acceder a la avenida de Dílar. Para alcanzar esta calle hay que dar un rodeo. Se debería hacer el vial, como estaba antes de las obras de 2009. Aunque sé que es complicado, porque si no lo planificaron en su día, menos lo van a hacer ahora», zanja José Luis Ruiz, empleado de una cadena de venta de pinturas de brocha gorda.
Como José Luis, todos los encuestados respaldan las peticiones del presidente de la Asociación de Vecinos Zaidín-Campus, Juan de Dios Jiménez, que reclama al Consejo Consultivo y a la Junta de Andalucía «sensibilidad con el barrio y con un vial que nunca se tenía que haber quitado».
La furia de los residentes ha sabido catalizarla y auparla el equipo de Gobierno municipal, del PP, que con la concejal de Urbanismo a la cabeza, Isabel Nieto, empezó a pedir en verano de 2014 que se reabriese la carretera, cuya ausencia, en realidad, sólo obliga a los conductores a dar un rodeo de tres minutos y menos de un kilómetro de distancia. La operación de hacer el atajo de nuevo costaría unos dos millones de euros, pero son pocos los residentes dispuestos a renunciar para siempre a una avenida de Dílar con el brío de antaño.
Antonio José Sola, estudiante de Enfermería y vecino del Zaidín, disfruta de la flamante biblioteca biosanitaria mientras responde a la pregunta de la polémica: «¿Vial 'sí' o 'no'?». «Sí, por pura comodidad, aunque sea por no bordear sólo 200 o 300 metros más, que en realidad es muy poco. Pero la gente está de acuerdo en que la entrada de antes de la daba más vida al barrio. Han cerrado muchos negocios y a todos nos afecta», sentencia.
Jóvenes y mayores parecen estar de acuerdo. «A mí me vienen clientes particulares desde Cenes todavía. La gente sigue acudiendo. Pero yo sí quiero carretera por apoyar a los que lo pasan peor. Al Zaidín lo han engañado todos los políticos, los del PP y del PSOE. Pero vaya, que todos sabemos que el vial no va a tener solución, por mucho que protestemos», admite José Mesa, dueño de una librería con su mismo nombre, la más antigua de la provincia tras 50 años en activo, asegura.
Javier Márquez, de 30 años, pasea a su perro por las parcelas que la mayoría de los vecinos quisieran ver convertidas en una carretera. Él, sin embargo, piensa que las cosas están bien así. «Otra vez obras, qué locura. Además están las facultades, el hospital. pero si lo que hay que dar es una vuelta de nada, muy pequeña"» reflexiona el joven, quien reside con sus padres a pocos metros del nuevo campo de batalla granadino. Él es de los escasos zaidineros que anhela tranquilidad, pero el bando contrario pide asfalto, bullicio y menos verde, a ver si así volvieran los compradores.
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