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«Sí quiero... votar»

«Sí quiero... votar»

Una pareja de novios de Salobreña se fue directamente a votar desde el altar y en Otura y Alhendín hubo dos electores ‘confundidos’

Carolina Rodríguez

Lunes, 21 de diciembre 2015, 13:42

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Ir al mercadillo de los domingos, caminar por el campo, pasear por el centro de la ciudad, hasta casarse pero también ir a votar. Los granadinos sumaron ayer un quehacer más en su agenda prevista para el domingo y depositar el voto en las urnas se coló en la rutina de un 20-D marcado en el calendario.

Las elecciones generales a la presidencia del Gobierno marcaron la jornada de todos, al menos de los 748.186 granadinos censados, y no habían rincón (ni grupo de whatsapp) en el que no se escuchaban las típicas frases de «ya hemos votado», «vamos a votar» o «mi voto ya está en las unas». Parecía mentira pero el 20-D llegó con fuerza y se notaban ganas en el ambiente. A pesar de que las cifras en los primeros avances de participación apuntaban que a las 14.00 se había votado un 3% menos en la provincia y un 2% en la capital que en las elecciones de 2011, en los colegios electorales la sensación era bien distinta. «Hacía mucho tiempo que yo no veía tanto ambiente en unas elecciones», comentaba una de las vecinas de la zona Norte que acudía a votar a la Escuela municipal de Flamenco. En el rato que estuvo dentro, el centro era un bullicio. Parejas, deportistas, familias enteras con abuelos incluidos unos entraban, otros salían y en la sala se paraba poco.

«Lo importante es que la gente vote y que no nos quedemos con la sensación de que no opinamos ni pintamos nada a la hora de decidir quién queremos que gobierne nuestro país», explicaba Marta Ruiz, otra joven que ayer se acercó a depositar su voto.

Pasadas las 12 del mediodía otro de los puntos de votación que se encontraba en plena efervescencia era el Parque de Bomberos Norte. «La verdad es que desde que se han abierto las urnas ha estado entrando gente todo el rato; sin grandes parones», comentaban en las mesas. Al parque de bomberos acudía después de 7 años sin votar Jacobo García.

«Vengo hoy porque creo que se necesita un cambio de manera urgente y es la ocasión en la que lo he visto más claro». El hombre desconfía si los resultados van a satisfacer el sentido de su voto pero «al menos que por mi parte no quede que he puesto mi grano de arena». Al marcharse, sentenciaba: «pase lo que pase, estoy contento por participar».

De la zona Norte al Triunfo, las urnas se iban llenando en todos los colegios con «alegría». Tanta que en el colegio de Fray Leopoldo a eso de las 14.00 horas había 15 minutos para votar y una participación que rozaba ya el 50% (47,5%). Confluencia importante de gente en el colegio Cristo de la Yedra que a pocas horas de abrir sus puertas ya sumaba el 20% de participación y en el IES Albaicín donde también se ha registrado por primera vez una mayor afluencia, sobre todo, durante la mañana que aglutinó, a nivel general el 40% de los votos de los granadinos.

Tranquilidad

La participación fue contenida a lo largo de la jornada y a media tarde se llegaba al 59,93% cifras cercanas a las del 2011, 60,02%. Se aumentaba también la participación a nivel nacional y la sensación en los colegios es que la gente, al margen de las cifras que finalmente no fueron muy desorbitadas al final en Granada sólo aumentó cinco centésimas, sí parece que iba con más ganas a votar que otras ocasiones. A las 20.00 horas, tal y como se abrieron, sin incidencias se recogieron las 1.087 mesas, se cerraron los 560 colegios y se comenzaron a contar los votos de las 2.272 urnas que recogían la decisión de Granada en unas nuevas elecciones que pueden cambiar el rumbo político de España. Y en ese escrutinio, hubo anécdotas. En una mesa del distrito Ronda de la capital, un votante introdujo en el sobre la foto de un sonriente Mourinho.

Sólo dos incidencias leves. Dos votantes se equivocaron de mesa electoral y se les dio de baja en la que les correspondía, según los datos que ha recogido la Subdelegación del Gobierno en Granada. Los casos, idénticos, se registraron en Otura y en Alhendín.

En la Costa, la anécdota del día sin duda la protagonizó Angelitas, una vecina de Salobreña que acudió vestida de novia a votar, acompañada, cómo no, por su ya flamante esposo, Paco, y sus damas de honor, que causaron sensación, con sus vestidos color coral en el hogar del pensionista de Salobreña, donde se instaló el colegio electoral. Entre la ceremonia y la fiesta posterior hubo tiempo para cumplir con la obligación.

En Exfiliana, la mesa electoral la compusieron mujeres en su totalidad excepto el presidente, un maestro de formación pero legionario de profesión que juró bandera el sábado.

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