Condenan al exjefe de la Policía Local de Pinos Puente por falsificar un atestado

La sentencia, a la que ha tenido acceso IDEAL y que es recurrible en casación ante el Tribunal Supremo, lo condena también a una pena de suspensión del cargo de policía local durante los citados 22 meses y a una multa de 1.800 euros. El tribunal de la sección primera de la Audiencia declara probado que la tarde del 5 de julio de 2012, un agente de la Policía Local de Pinos Puente, que se encontraba de servicio con un compañero, fue reclamado telefónicamente por el concejal de Seguridad pinero para que acudieran a un restaurante de la localidad en el que al parecer se encontraba el acusado en estado de embriaguez.

Personados en el restaurante y comprobado que Antonio O. G. presentaba síntomas de intoxicación etílica, la pareja de agentes lo llevaron a su domicilio cumpliendo órdenes del concejal. Horas más tarde, los mismos agentes recibieron una nueva llamada del concejal, que les comunicó que había tenido conocimiento de un accidente de circulación en el que se había visto implicado el procesado, que había chocado contra la fachada de una vivienda de la localidad.

Los agentes se desplazaron al lugar del suceso y comprobaron los daños en la fachada y en el vehículo del acusado, que tenía una rueda reventada y otros desperfectos, y también que en el cuartel de la Guardia Civil no se había interpuesto hasta ese momento ninguna denuncia por lo sucedido. Un par de días después, el acusado se aprovechó de su condición entonces de jefe de la Policía Local para rellenar y archivar un atestado sobre lo ocurrido el 5 de julio, simulando que el atestado había sido redactado por la pareja de agentes que lo había llevado a su domicilio. Falsificó sus firmas y lo anotó en el libro registro que a esos efectos se lleva por la Policía Local.

La credibilidad de los agentes

El tribunal da total credibilidad al testimonio de los agentes, uno de los cuales ejerció la acusación popular en el procedimiento a través del abogado Rafael López Guarnido. Los magistrados subrayan que las explicaciones dadas por el acusado «no tienen lógica alguna» pues sostuvo que lo único que pretendía era dejar sus datos y los de su coche por si la dueña de la casa se pasaba por la jefatura.

«¿Para qué confeccionar un atestado?», se pregunta el ponente de la sentencia, que asevera que el acusado pretendía crear la apariencia de que la causa de la colisión no radicaba en su embriaguez sino en un conjunto de fatalidades. La sentencia lo condena también a pagar las costas del juicio y de la acusación popular.