Más parados y menos funcionarios colapsan varias oficinas del Servicio Andaluz de Empleo
La Junta asume cada vez más programas de fomento del trabajo con 160 empleados frente a los 240 con que contaba en 2012
Miguel Allende
Martes, 7 de julio 2015, 01:25
El elevado nivel de paro que ostenta Granada -150.000 desempleados, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del año-, que no ... cede por más que la estadística registra pequeñas variaciones a la baja, unido a la disminución del personal que trabaja en las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo (SAE), han provocado el colapso en algunas de ellas y las consiguientes protestas de quienes padecen la situación. También del sindicato CC OO, que ha alertado a la Junta de Andalucía de los efectos perversos que tiene asumir nuevos programas concretos de fomento del empleo que se suceden en el tiempo -caso del Emplea@Joven, del Emplea@+30 o de la Iniciativa @mprende+, por citar algunos- cada vez con un número menor de trabajadores públicos para sacarlos adelante. Según los datos que maneja este sindicato, en estos momentos no se cubre ni el 50% de los puestos establecidos por la propia Junta de Andalucía. Tampoco se sustituyen las bajas y tras el despido de asesores y promotores, la contratación de interinos ha sido mínima. Interinos que también tienen amenazados sus puestos de labor en estos momentos.
«Las tasas de reposición de efectivos siguen congeladas, los trabajadores del SAE son cada vez menos y de mayor edad, y los servicios, como no consigamos cambiar esta dinámica, están abocados a su desaparición», explica Pablo López del Amo, responsable del sector de Administración Autonómica de CC OO.
José Antonio Aparicio (Delegado de Economía y Empleo)
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LAS FRASES
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«Una de las primeras cuestiones será reforzar la plantilla de las oficinas que estén más saturadas»
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«La Junta de Andalucía infunde la sensación de que las oficinas del SAE no sirven para nada»
El citado sindicato maneja una amplia información de todas y cada una de las oficinas del SAE repartidas por el conjunto de la provincia granadina que demostrarían lo anterior. En números redondos, el total de empleados que trabajaba para el SAE se elevaba a 240 en septiembre de 2012, cayó a 150 en abril de 2013 y tuvo un pequeño repunte en enero pasado hasta alcanzar los 169, de los cuales ocho son funcionarios interinos contratados en 2013 por la situación insostenible que se vivía en las oficinas de este servicio.
Pero en la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) publicada por la Junta antes de la crisis se aseguraba que tenía que haber 232 trabajadores. A las fechas en las que nos encontramos quedan 160 en la red provincial de oficinas del SAE.
«Si hay mala atención en las oficinas de empleo no es por culpa de los trabajadores, sino de a quienes pagamos muy buenos sueldos para tomar decisiones que o no quieren o no les interesa que este servicio público funcione», añade López del Amo. El sindicalista sospecha, incluso, que lo que pretende la Junta es una excusa más para privatizar este servicio.
Casos diferentes
Los problemas de personal no afectan del mismo modo a todas las oficinas de la red del SAE. Muy por el contrario, hay algunas que realmente están colapsadas y otras que funcionan con normalidad.
Por lo que a la ciudad de Granada respecta, dos de las que peor situación tienen son la de Cartuja y la de Caleta. En la primera de ellas se une claramente una gran demanda de servicios relacionados con el desempleo de una zona de la ciudad muy castigada por el paro con la disminución de personal: trabajan 10 empleados públicos -frente a los 13 del año 2012- cuando la RPT fija que han de ser 12. En la oficina de Caleta, de los 15 empleados con que contaba hace tres años se ha pasado a 10. Este centro suele hacer visible a su entrada largas colas de demandantes de trabajo, en especial en los primeros días de cada mes por cuestiones relacionadas con la renovación de todos los requisitos administrativos.
Y de la capital a la provincia. Al margen de las demandas puntuales que se les puedan presentar, lo cierto es que la falta de personal es manifiesta en oficinas del SAE como la de Guadix, donde de los 16 trabajadores con que contaba en el año de referencia, 2012, se ha pasado a tan solo cinco, cuando la propia RPT de la Junta considera que tendrían que desempeñar su labor 14. Es decir, prestan su labor la tercera parte de los que son necesarios.
También se puede citar el caso de la sede alpujarreña de Órgiva, donde hace tres años trabajaban seis empleados públicos y ahora lo hacen la mitad, cuando la Junta estima que debe contar con 10. O el caso de Armilla, municipio también muy afectado por el paro, en el que el SAE dispone de 11 empleados frente a los 16 con que contaba en 2012 y los 15 que la Administración andaluza considera que son imprescindibles.
«La Junta de Andalucía en vez de reforzar las oficinas de empleo con personal suficiente para poder dedicarles el tiempo que necesiten los parados, incluir orientadores en las propias oficinas para que la persona se vaya con la satisfacción que se ha hecho por él todo lo que se puede, marea a todos ellos mandándolos de un sitio a otro, ya que los servicios de orientación están fuera de las oficina, infundiéndoles la sensación que las oficinas del SAE son oficinas de parados que no sirven para nada, y mucho menos para ayudarlos a encontrar trabajo», opina Ana María Ruiz, responsable sindical del SAE en la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CC OO.
Respuesta
El delegado territorial en funciones de la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, José Antonio Aparicio, lejos de negar la existencia del problema confirmó el mismo pero lo circunscribió a algunas de las oficinas del SAE, las de mayor demanda por parte de los parados, «no a todas». Aparicio situó la principal causa del colapso en el incremento en los programas de fomento del empleo que promueve la Junta.
«Una de las primeras cuestiones que vamos a plantear al nuevo Gobierno de la Junta desde esta Delegación es, precisamente, el reforzamiento de la plantilla de las oficinas del SAE más saturadas; es una cuestión prioritaria», enfatiza Aparicio.
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