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Javier Merino, en primer término, rodeado de los empleados que han trabajado en agosto.

«No hay una ciencia de invierno y otra de verano, es la misma»

El verano es un período tranquilo en el Parque de la Ciencias de cara a los turistas. La actividad baja, pero no del todo, y el tipo de público varía hacia uno más familiar. De puertas hacia adentro, el museo no afloja. Toca preparar el próximo curso y Javier Merino está al frente de esa tarea

Daniel Olivares

Domingo, 7 de septiembre 2014, 01:23

La ciencia no cambia con el verano. Quizá, como la energía, ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma. «No hay una ciencia de ... invierno y otra de verano», aclara Javier Medina, director de Ciencia y Educación del Parque de las Ciencias de Granada y responsable de la instalación estos días en sustitución del director, Ernesto Páramo. La ciencia es la misma. Lo único que varía es quienes la observan. Atrás han quedado los meses de otoño a primavera, donde los pasillos del moderno edificio, los talleres y las salas de exposiciones se pueblan de escolares ávidos de divertirse con las propuestas de la instalación. Es tiempo de turistas, de familias, de padres e hijos que optan por divertirse y aprender juntos los misterios de la ciencia, la naturaleza y las tecnologías.

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