«Don Felipe y Doña Letizia visitaron por sorpresa la Alhambra con la jefa de descanso»
Cuando María del Mar Villafranca, responsable del Patronato de la Alhambra, se toma unos días de vacaciones, un quinteto asume las labores directivas del monumento nazarí, para que todo funcione correctamente con una media de 8.000 visitas al día en agosto
Ángeles Peñalver
Domingo, 10 de agosto 2014, 00:45
Cuando Mar Villafranca, directora de la Alhambra, se toma un descanso en agosto, cinco miembros del sultanato -tradúzcase por equipo de gobierno- que lleva las ... riendas del monumento nazarí pasan a la primera línea de batalla para que la joya de la corona de Granada no note en lo más mínimo la ausencia de la jefa. Uno de ellos es Pedro Martín, responsable de toda la seguridad del recinto; otra Victoria Chamorro, secretaria general del Patronato; junto a ellos están Rafael de la Cruz, responsable de jardines, Laura Esparragosa, jefa de investigación y difusión, y el quinteto de suplentes de lujo lo cierra Francisco Lamolda, arquitecto conservador de los palacios y del resto de dependencias.
Pedro Martín, siempre atento al teléfono, lleva siete años de empleado en la Alhambra y algo más de un año y medio como jefe del servicio de seguridad, visitas públicas y de Estado. Su papel es fundamental en el complicado engranaje de esa microciudad donde trabajan 600 personas que reciben unos 8.000 visitantes al día en agosto. «María del Mar siempre está al otro lado del teléfono, pero situaciones recientes en que yo me haya tenido que poner a coordinar, porque ella estaba de descanso o de viaje, recuerdo especialmente la visita sorpresa de los aún por entonces príncipes Don Felipe y Doña Letizia», narra.
Los hoy Reyes de España estaban haciendo cola tranquilamente, como visitantes privados, en los Palacios Nazaríes, el pasado puente de Noviembre, cuando un empleado del monumento los reconoció. «Me llamó y activamos el protocolo. En realidad esto es un trabajo en equipo», explica Pedro Marín, quien insiste en que nunca se pone nervioso porque la inquietud solo lleva a que las cosas salgan mal.
En el incendio del verano pasado, a 500 metros del Generalife, también estaba este hombre de jefe máximo y con él, codo con codo, el responsable de jardines. «Coordinamos la seguridad, era un domingo por la noche y la cosa no llegó a más», espeta el empleado, que también ha tenido que salir corriendo alguna vez de casa con dirección a la Colina Roja por una inesperada tromba de agua.
Con un equipo así, es normal que Mar Villafranca asevere: «Consigo desconectar plenamente en vacaciones, pero la responsabilidad al frente de un lugar como la Alhambra hace que siempre tenga que estar pendiente de algo». La directora reconoce que el año pasado fue quizá cuando más se inquietó precisamente en el incendio que se originó en la zona de la Fuente del Avellano y se extendió hasta los límites del patronato. «También con la visita de Michelle Obama, fue un imprevisto y, al final, tuve que subirme de la playa para coordinar todo el dispositivo», rememora.
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