«Nos falta dirigir el mundo»

Ayer lo presentó en la Fundación Euroárabe de Granada, donde dejó claro: «Soy mujer y las mujeres han sido fundamentales en mi vida. He querido con este libro rendir un homenaje, un reconocimiento al trabajo de muchas mujeres de mi generación, a esas mujeres que se abrieron paso por sí solas, que lucharon por la igualdad y que han sido invisibles».

Aunque ese no es su caso, ya que su currículum la muestra como una mujer destacada en tiempos en los que apenas destacaban las mujeres. «Mi caso es una excepción. Siempre te decían, la mujer que vale triunfa, y te ponían ejemplos como los de Juana de Arco. Pero no se trata de que algunas hayamos podido escapar a la norma, sino de que todas lo puedan hacer. Y esa es la invisibilidad de la que hablo en el libro», apostilló.

En esas páginas Rubiales intenta recordar a las jóvenes el esfuerzo de su generación por la igualdad de la que ahora disfrutan. «Yo le diría a las generaciones jóvenes que esto no se ha terminado con la Ley de Igualdad. Es cierto, tenemos una ley, pero no basta, hay que hacerla efectiva y no lo es. Muchas jóvenes lo aprenden cuando acceden al trabajo o son madres. La maternidad es de lo mejor que nos puede pasar, pero parece que nos sigue costando la vida, sigue colisionando con el desarrollo profesional de la mujer y hay que acabar con ese círculo. Hay que compartir la maternidad».

Los retos

La autora recordó que hay que acabar con la violencia de género y con las diferencias de salario. «Sólo el 6,5% de las mujeres ganan más que los maridos. Hay que romper muchos estereotipos, como el del lenguaje, eso de que el masculino engloba a todos, pues no. ¿Por qué colegios de abogados, de médicos o de arquitectos? Pero el reto más importante es acabar con la desigualdad en la promoción de las mujeres. ¿Cuántos años más habrá que esperar? Sigue existiendo un techo de cristal. Apenas hay mujeres en puestos de decisión. Ellos tienen los resortes de poder y se promocionan entre ellos».

Doctora en Derecho además de política, Rubiales se congratula de que haya dejado de ser noticia que una mujer sea parlamentaria. «Ahora sólo falta que dirijamos el mundo. Nos falta presencia en el núcleo duro del poder político, de las empresas, de las instituciones. Mira por ejemplo el Gobierno de la Junta, hay muchas mujeres, pero el núcleo duro sigue siendo masculino».

Tras décadas en el candelero, esta socialista no se siente ni acabada ni mayor. «Me siento estupendamente y con ganas de hacer muchas cosas, pero soy realista. Este es un país en el que a los 65 jubilamos a los políticos, aquí es impensable alguien de la edad de McCain de candidato, a mí me parece que se le da un valor a los jóvenes exagerado».