Zara y Prada comparten lana

La mayor de las joyas que se pueden hallar en estas tres marcas populares tienen un denominador común: las piezas realizadas con los tejidos facilitados por Manteco, una empresa italiana de lana reciclada con denominación de origen, con la que las 'low cost' confeccionan sus gustosos abrigos que presentan una gran durabilidad.

Manteco provee desde hace décadas a casas de lujo como Prada y otras muchas pertenecientes a los conglomerados del lujo más importantes, Kering -dueños de Balenciaga, Yves Saint Laurent o Bottega Veneta- y Louis Vuitton Moët Hennessy -propietarios de Dior, Fendi, Givenchy, Loewe o Marc Jacobs-.

Desde finales de 2019, la etiqueta de la tejedora del país transalpino también se puede encontrar cosida en los forros de prendas vendidas en Zara, Mango o H&M. Se trata de piezas de abrigo que salpican las diferentes colecciones de invierno tras el acuerdo al que llegaron las firmas con el prestigioso proveedor de textiles.

Zara es la que oferta los abrigos más interesantes, con precios que rondan los 130 euros, siendo posible encontrar alguna pieza a mitad de precio en las rebajas. Una inversión textil que merece mucho la pena.

Para hacerse con una de las codiciadas prendas por los entendidos en moda hay que ser rápido, pues no suele haber muchos modelos disponibles. Para diferenciarlos, además de por el coste, algo más elevado que el resto de abrigos que ofertan las marcas de bajo coste, se puede observar un etiqueta cosida en el forro, que en el caso de la marca de Inditex, en la espalda, reza 'tejido 100% by Italian Fabric, este es un tejido reciclable diseñado para garantizar altos estándares de durabilidad'.

La colaboración de Zara con Manteco forma parte del programa desarrollado por Inditex para garantizar el cumplimiento de sus estándares sociales, medioambientales y de seguridad y salud de sus prendas.

Manteco es un buque insignia de la industria textil que lleva produciendo tejidos circulares y de alta calidad desde 1943, cuando Enzo Anacleto Mantellassi fundó la empresa tras comprar una hilandería semidestruida en Prato (Toscana). Por aquel entonces, Italia estaba sumida en una crisis por la guerra. Entre los bienes que escaseaban se encontraba la lana para confeccionar prendas de ropa. Mantellassi cayó en la cuenta de que las mantas y las prendas militares estaban hechas de lana de estambre extrafina y de alta calidad, por lo que adquirió las que ya no se usaban para transformarlas y darles una segunda vida.

Trituradas

Cada prenda se trituraba para crear hilos de lana, todo ello sin utilizar productos químicos, simplemente mediante un proceso mecánico y húmedo. Un proceso que se sigue utilizando hoy en día.

Al principio había restricciones por el material, que creaba hilos gruesos, y también al color -verde militar, caqui, marrón y azul marino-, por lo que inicialmente Mantellassi los usaba para pesadas mantas en lugar de tejidos. Con el paso de los años, amplió el negocio con un sistema con el que clasificar las prendas y las mantas a mano según su composición y micraje, tras lo que se volvían a clasificar por colores y tonos, con el fin de crear balas homogéneas. Todas las piezas se trituraban y se preparaban para los procesos de hilatura cardada.

A lo largo de los años, la empresa familiar, que ya va por la tercera generación, ha perfeccionado el proceso de reciclaje. Ahora son capaces de producir una infinita gama de colores de lana regenerada sin teñir, y también ofrecen una amplia gama de tejidos de lujo con diferentes construcciones y acabados. Detrás de su enfoque ecológico y sus tejidos de primera calidad existe una red de artesanos locales y pequeñas empresas que siguen sus elevados estándares de producción, con un sistema de cero residuos.