«Esta nariz no la toques más, ya estás bien, estás guapa», la recomendación del cirujano Javier Benito a Isabel Preysler
El doctor le atendió después de recibir un cabezazo accidental de Ana Boyer mientras jugaban
Joaquina Dueñas
Miércoles, 29 de octubre 2025, 13:21
La nariz de Isabel Preysler y sus cambios a lo largo de los años han sido objeto de numerosas especulaciones. La reina de corazones ha ... mantenido en secreto todo lo referido a este apéndice facial hasta la publicación de sus memorias, 'Mi verdadera historia', cuando ha revelado el calvario de las numerosas cirugías a las que ha tenido que someterse. El doctor Javier de Benito, quien la atendió después de que recibiera un cabezazo accidental de su hija Ana Boyer mientras jugaban, cuenta en la revista 'Lecturas' cómo le recomendó no retocarse más: «Esta nariz no la toques más, ya estás bien, estás guapa».
«Ella es una mujer atractiva y, a veces, buscar la perfección en algo es muy difícil y complicado», asegura el doctor. «Yo me considero un experto, conozco mis límites, he hecho muchas narices en el mundo y le recomendé el que había sido mi profesor, el doctor Jack Gunter de Dallas. Le dije: 'Escúchalo y decide', y ella fue, lo escuchó y decidió intervenirse», recuerda.
Según relata Isabel, todo comenzó cuando se operó de amígdalas en su juventud y el doctor, sin informarle, le limó el tabique. Años después, ya casada con Julio Iglesias, quiso quitarse un bulto que le estaba saliendo en el caballete, por lo que decidió operarse. Así, su primera rinoplastia oficial estuvo a cargo de Benito Vilar Sancho, por cuyas manos había pasado ya su amiga Carmen Martínez Bordiú.
Cuenta que, en aquella intervención, su nariz se «desmoronó» y que el equipo médico entró en pánico ya que no tenían fotografías de su rostro para la reconstrucción. Utilizaron cartílago de la oreja para salvar la nariz. El mismo doctor le hizo otra rinoplastia de revisión pero el resultado tampoco fue satisfactorio.
Isabel volvió a intentarlo en Nueva York, donde un doctor rechazó su caso y otro lo aceptó. De aquella operación obtuvo una nariz «correcta, pero de cristal», recuerda. Todo iba bien hasta que su hija Ana Boyer la golpeó por accidente. Fue entonces cuando entró en juego su «gran amigo» Javier de Benito, que le recomendó la visita al doctor Jack Gunter en Dallas, tal como él mismo ha contado, aunque le recomendó que no se tocara. El cirujano utilizó un trozo de costilla para el implante que sujetó con tres tornillos, lo que la reina de corazones supo cuando se le cayó uno. Los otros dos se los quitó en otra operación.
Agotada, ha tirado la toalla, tal como explicó en la presentación de sus memorias: «Tengo la nariz tan destrozada y estoy tan cansada de médicos y operaciones que ya me da igual todo me da igual».
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