Los pendientes que cambian el ánimo

«Nacimos hace ahora 12 años en Madrid, en plena crisis económica, como una necesidad de crear un proyecto diferencial que reformulara los valores tradicionales de la moda. El objetivo era cambiar el estado de ánimo de las mujeres con diseños nunca vistos, procesos sostenibles y una comunicación transparente», explican Leire Urzaiz y Estefanía De Oliveira, que, junto a Daniel Coma-Cros, fundaron la marca papiroga (con 'p' minúscula).

Una firma cuyo nombre no tiene una procedencia concreta. «En papiroga -recalcan- intentamos instaurar un concepto genuino, con diseños diferentes, por ello, queríamos que el nombre fuera también único. Que no existiera ni tuviera un significado previo en ningún idioma, sino que cada cual lo llenara con su propio contenido».

Los tres fundadores se conocieron trabajando en grandes empresas de moda. «Los tres teníamos puestos estables y bien remunerados», recuerdan Leire Urzaiz y Estefanía De Oliveira, «pero coincidíamos en la necesidad de hacer las cosas de otro modo. ¡Queríamos cambiar el mundo! Y así surgió papiroga, de la necesidad de proponer algo diferente a todo lo que había, con los conocimientos y el talento de cada uno».

«Lo que ofrece papiroga son piezas divertidas, sin complejos y llenas de color que realmente cambian tu estado de ánimo y te hacen sentir mejor, más segura y más guapa. Son propuestas contundentes que definen por sí mismas un 'look'», explican ambas. «Cada pieza es única y cuidamos mucho todo el proceso: desde la inspiración al diseño, pasando por la producción y el servicio a nuestros clientes. Hay mucho mimo y mucho amor en cada uno de los diseños, siguiendo siempre un proceso 100% personal y artesanal que acaba proporcionando un accesorio especial. Y eso, al final, se nota», subrayan.

Un buen hacer al que se han rendido las estilistas de revistas como 'Harper's Bazaar' y celebridades como las presentadoras Anne Igartiburu, Eva Soriano, Gloria Serra, Tania Llasera, Sandra Golpe y las actrices Ana Milán e Itziar Castro, además de reinas de las redes sociales como Laura Baena, de Malasmadres; Ana Brito, de El show de Briten o Boticaria García. «Nos encanta ver cómo lucen nuestros 'papirogas' tanto en ellas como en gente más desconocida. Es un subidón brutal ver cómo nuestros accesorios transforman los 'looks'. Cómo los hacen suyos», narran con entusiasmo Urzaiz y De Oliveira. Por otro lado, explican «es cierto que muchas amigas que salen en medios han contribuido al conocimiento y notoriedad de la marca, pero la alegría es la misma que cuando nos encontramos a alguien cruzando un paso de cebra con nuestras piezas».

Pueden presumir de tener clientas repartidas por todo el mundo, desde Estados Unidos a Japón, de todas las edades y gustos, con estilos de vida muy distintos, pero tienen una cosa en común: «Todas buscan sentirse distintas, diseños con alma y un consumo responsable». A ellas llegarán gracias a la mejor de las publicidades, «el boca oreja silencioso: una amiga recomendando a otra y esta a otra. Es algo muy difícil de medir. Es mágico, anónimo».