Los ‘cazafrikis’ de la tele
Hermanos que se lían, una oftalmóloga que quiere dejarlo todo por la cocina, un tipo enamorado de los pies de las mujeres... Los directores de casting llenan los programas de diamantes en bruto
Nuria rozas
Martes, 3 de mayo 2016, 10:37
Hace tres semanas, Cámbiame, el programa de Telecinco que transforma el estilismo de unos participantes casi siempre aquejados de algún trauma (divorciados, solteros, con baja ... autoestima...), regaló a los espectadores una de las mayores perlas televisivas de los últimos tiempos. La historia de Dani y Ana, dos hermanos por parte de padre, que se conocieron con 20 años y desde entonces son novios. Venían dispuestos a modernizar su indumentaria y, sobre todo, a descubrir el secreto a sus familiares, que lo aceptaron sin problemas. Mientras, en las redes sociales y en el sofá de casa, más de uno pegó un brinco y, a golpe de tuit, se preguntó de dónde habían salido. La respuesta la tienen los directores de casting, los cazatesoros televisivos, capaces de descubrir un incesto o de seleccionar a las chicas de Quiero ser monja, el programa en el que varias jóvenes prueban cómo es la vida del convento después de recibir la llamada de Dios y de Cuatro. Una de ellas entró con novio, pero ya lo ha dejado por el camino.
MasterChef (TVE)
En la tele, como en la vida, además de lo raro y lo estrambótico, también tiene hueco lo humano. La prueba es Carlos Maldonado, el vendedor ambulante de jamones y salchichones que se alzó como el ganador de la tercera edición de MasterChef y emocionó a la audiencia. Ahora, ha cambiado su furgoneta llena de quesos por los mejores fogones del país. Acaba de terminar un máster en el Basque Culinary Center y ya tiene su propio libro de recetas. «Buscábamos a alguien que, más que cocinar muy bien, tuviese un gran potencial. El propio Carlos lo explotó en el programa y nos dejó mudos a todos. Incluso al propio Ferrán Adriá ¡y mira que es difícil!», confiesa Esther González, la directora de casting de Shine Iberia.
Esta edición, González lo ha tenido aún más complicado: equipados con un delantal y su mejor plato se han presentado más de 20.000 personas. «Acudió gente con profesiones socialmente muy bien consideradas como cirujanos, jueces... De un perfil muy, muy alto. Cuando la jefa de Oftalmología de un hospital me dijo que quería aparcar su carrera para dedicarse a la cocina me quedé sin palabras. Hay otros que vienen del extranjero y personas cuyo objetivo es superarse personalmente. En la selección tuvimos a varios invidentes y personas en silla de ruedas. El programa cala en todos los sectores».
Y por si alguno piensa presentarse al próximo casting, la directora desvela las pruebas que realizan. «La primera consiste en el emplatado de una comida que previamente han pensado. Los jueces valoran el aroma, la textura, la presentación... Les hacemos también una entrevista personal y, por la tarde, cocinan por primera vez con el ingrediente secreto que les damos. Tienen que hacer un plato en una hora».
¿Hay mucho Léon come gamba?
Hay quien opta por preparar una comida con nitrógeno líquido, otros con humos o un puro real relleno de nosecuantito... David (Castro Urdiales, 20 años), el concursante de este año, nos trajo una hamburguesa con sus patatas fritas ¡y por dentro era entera de chocolate! ¡Tratan de ser cuanto más originales mejor, porque saben que es la primera criba!
First Dates (Cuatro)
Para los que prefieren ir a mesa puesta y dejar las artes culinarias a otros, Mediaset ha creado First Dates, donde dos desconocidos se dan cita en un restaurante buscando el amor. Carlos Sobera, reconvertido en maître, es el celestino y presentador. Los responsables de casting han hecho un arduo trabajo para encontrar a algunas joyitas televisivas. Sin ir más lejos, a Alberto, un andaluz que tuvo una cita con una rusa a lo ocho apellidos rusos y en mitad de la cena le pidió que subiera los pies a la mesa. Ante la cara de sorpresa de ella, él insistió: «Si mi chica tiene los pies feos no me gusta». En otro encuentro, la muchacha prefirió sacarse los calcetines del sujetador para evitar las posteriores sorpresas: «Estoy plana», justificó. El colofón se lo llevó Platania, un chico gótico que decía no tener género. María Amores, la directora del proceso de selección, desvela sus secretos.
¿Cómo encuentra a esta gente tan peculiar?
Unos se apunta al casting, como Platania, y a otros los buscamos directamente. ¡Todas las tribus urbanas deben tener presencia!
¿Qué es lo que más le ha impresionado?
Hay gente que se inventa lo que sea en el trabajo para poder ir a su cita. Te dicen: Yo puedo venir el miércoles. Le contestas: Tu pareja ideal viene el martes... Y hacen lo imposible para estar. Confían muchísimo en nosotros: vienen caiga quien caiga, convencidos de que encontrarán a alguien especial.
Aunque muchas veces ese alguien no es cómo se lo imaginaban. «Si quieren una rubia y le ponemos una morena, les decimos que indaguen porque encontrarán la razón por la que les hemos unido».
Supervivientes (Telecinco)
El concurso de los Robinsones deja estampas tan curiosas como a una Miss, Carla Barber, haciendo fuego con un preservativo. Forman parte de un puzle. «No nos serviría de nada que todos los concursantes fueran expertos en supervivencia o unos neófitos en la cuestión. De la misma manera que sería un error llenar el programa de personalidades fuertes o de personajes gregarios En el equilibrio reside la clave del éxito», explica Josep Tomás, director del formato. «Aun así, el entorno en el que se realiza hace que nos llevemos muchas sorpresas una vez que empieza. Los que parecen muy fuertes se desmoronan en cuanto pisan la arena y otros que parecen más débiles a priori se transforman en el alma de la edición».
¿Les han dado calabazas muchos famosos?
Afortunadamente, damos más calabazas nosotros.
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