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Juliana Awada, el hechizo de Mauricio Macri

La primera dama argentina, es una niña pija, guapa a rabiar e insaciable en la cama, según cuenta su marido

IRMA CUESTA

Domingo, 29 de noviembre 2015, 12:10

La «negrita mágica, única y hechicera» con la que el flamante presidente de la Argentina se casó hace cinco años forma parte de eso que ... en su país llaman Generación Conaprole; el nombre de los helados uruguayos de los que las clases pudientes se atiborran cuando se instalan en Punta del Este. Un mundo de pijos nadando en dinero del que, según explicaba hace solo unos días un analista porteño, Juliana Awada (Buenos Aires, 1974) es la destilación perfecta. Mauricio Macri, que en solo un año ha pasado de alcalde de Buenos Aires y actor secundario en la carrera presidencial a jefe de Estado de uno de los países con mayor renta per cápita de América Latina, tiene en la mujer que le volvió loco de amor, además de una amante entregada -«es insaciable en la cama», ha declarado su marido- a su más ferviente admiradora. Aunque a la futura primera dama no le interesa la política «más allá de lo que cabe esperar de cualquier argentino que ama su país», cerró filas junto a él en su meteórico viaje a la Casa Rosada convirtiéndose, sin quererlo, en la imagen más cool de la campaña.

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