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Vestido para matar

El traje, el esmoquin, el coche, el reloj... todo es puro lujo alrededor del agente secreto más elegante del mundo. James Bond, ahora vestido por Ford, Tom Ford, sigue siendo un valor de moda

irma cuesta

Lunes, 26 de octubre 2015, 10:41

Quién le iba a decir al verdadero James Bond, el naturalista americano autor de un sinfín de tratados sobre aves, que con el paso del ... tiempo su nombre quedaría grabado en la memoria de millones de personas asociado, no a su labor como ornitólogo, sino al personaje que Ian Fleming creó en 1953. Tampoco entonces, cuando el escritor buscaba un nombre para su espía, «breve, anglosajón y masculino», y se decidía por usurpar el del autor de aquella Guía de pájaros de las Indias occidentales que descansaba sobre la mesita, pudo sospechar que su agente secreto se convertiría, además de en un mito, en una de las más preciadas máquinas de hacer dinero de la historia. Y es que, esa pseudoclandestinidad en la que se mueve el señor Bond desde que su creador le obligó a enfrentarse al doctor No, no es nada comparada con la que hoy rodea a la marca del agente con licencia para matar. En estos 52 años, Bond, James Bond, se ha convertido no solo en el icono de la elegancia británica y el mejor embajador de Su Majestad, sino en el más codiciado cartel publicitario del planeta.

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