La Operación Púnica salpica a Cristina Tárrega, relacionada con una "discoteca ilegal"

Al parecer, durante el mes de agosto del año pasado se produjeron distintas llamadas telefónicas entre Cristina Tárrega y Francisco Granados, de las que se deduce que planeaban adquirir un local de dos pisos en Madrid para montar una discoteca. Tenemos que darnos prisa, hay unos rusos que andan muy interesados en el local. El problema de este sitio es la gestión de las licencias, pero eso no me preocupa, porque tenemos amigos, le dijo la presentadora de Territorio Comanche a Granados, el 7 de agosto.

Granados, por su parte, le dice que los inversores se tienen que decidir, a lo que Tárrega responde que hace falta un millón de euros, más o menos y que está hasta las pelotas de ese asunto. Un local de 1.200 metros. Me piden 15.000 euros y seis meses de aval por ser yo, dice la presentadora.

Cuando no había pasado ni un día, Tárrega y Granados vuelven a mantener otra conversación telefónica, en la que la presentadora le da el contacto de una mujer que le enseñará el local y concierta una cita, a la que acudirá David Marjaliza, el otro implicado en la trama Púnica.

Poco después, concretamente el 8 de agosto, el ex dirigente del PP y Tárrega vuelven a hablar, esta vez sobre la antigua sala Archy, un sitio de moda de los años 90 que, al parecer, no tiene licencia. El 15 de octubre la conversación se repite, esta vez para comunicar que ya hay socio para el Archy, a lo que Tárrega responde que se va a Valencia a ver a Rita. Tan sólo 12 días después, Francisco Granados fue detenido.