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La pareja, el día de su boda, en octubre de 2011. CRISTINA QUICLER/afp

No se ha llevado ni las gallinas

Alfonso Díez abandona Dueñas sin hacer ruido y con su colección de DVD como único recuerdo. Cobrará una pensión vitalicia. La duquesa de Alba nunca le puso un piso

ARANTZA FURUNDARENA

Domingo, 18 de enero 2015, 00:44

Pocas personas he conocido tan amables y detallistas como Alfonso Díez», afirma Pilar, una relaciones públicas sevillana acostumbrada a tratar con celebridades. Y recuerda aquella ... noche de clausura del Sicab (Salón Internacional del Caballo) en la que Cayetana y Alfonso llegaron del brazo... «Ella estaba ya muy delicada y querían saber si el espectáculo sería muy largo porque deseaban retirarse pronto y no tenían intención de quedarse a la cena de gala. Yo me ocupé de informarles y de avisarles». Hasta ahí todo normal. Lo que no esperaba Pilar es lo que ocurrió minutos después. Mientras ella charlaba con otro invitado a la entrada del recinto, vio cómo Cayetana y Alfonso se introducían en su vehículo para irse a Dueñas. «Pero en lugar de arrancar -relata-, Alfonso, al verme de lejos, volvió a salir del coche. Solo me había visto esa noche, pero vino hacia mí y con un par de besos me agradeció afectuosamente las atenciones recibidas. Me pareció todo un señor».

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