Patricia Conde, sustituta de Jennifer Aniston o Cameron Díaz

Las declaraciones las ha realizado la propia artista, que se ha elevado de forma muy sutil su caché. Y es que no ha tenido en cuenta que Pancho es simplemente una producción española y habrá que esperar sus números para conocer sí el éxito es equiparable al de estas actrices.

El caso es que Patricia Conde no se ha prodigado por los platós de televisión en las últimas fechas, algo que sí han hecho otros artistas que finalmente han dado el salto al cine con un sobrado éxito.

Patricia Conde, por tanto, llega ahora con la intención de sorprender a grandes y pequeños y, de esta manera, crear una obra agradable con la que pequeños y mayores puedan disfrutar durante todo el verano, algo que no siempre es sencillo.

"Es una gozada trabajar en un proyecto como este; es verdad que cuando veía a Cameron Díaz o a Jennifer Aniston promocionando películas de este estilo pensaba que a mí también me gustaría hacer algo así, pero me decía, qué pena, que aquí no se hace este tipo de cine".

Eso que la actriz pensaba hace años hoy se ha hecho realidad, dice, "porque aquí estoy, sentada en plena promoción de 'Pancho', una película que bien podría haber hecho Cameron Díaz o Jennifer Aniston con Ben Stiller", dice con un guiño a su compañero Iván Massagué, que, sentado a su lado, acepta encantado la comparación.

Dirigida por Tom Fernández, la película (una producción de Atresmedia) parte de la idea que "todos teníamos en mente del perro millonario de los anuncios: extravagante, rico y caprichoso y yo -dice el director- quería hacer un viaje de Pancho hacia su ser: un perro que se divierta jugando con una pelota".

Con un guión muy sencillo, en el que los actores Álex Dogherty y Secun de la Rosa son los "malos", y una trama que queda abierta a una segunda parte, la película es una apuesta decidida por el público infantil.

En opinión de Fernández, las películas infantiles de esta época "están muy bien hechas, muy bien dirigidas y son muy buenas; los niños de hoy tienen una cultura cinematográfica enorme. Son gourmets cinematográficos a los que no puedes decepcionar, porque es un público que, como se aburra, se te va del cine, eso es grave".

Por eso, reconoce, "la presión con esta película fue mayor que con las demás", hasta que optó por dejarse llevar, divertirse y "jugar" con el regalo que le habían dado.

"A mi lo que me gusta es hacer reír y con esta película me he desparramado más que con las anteriores", confiesa el director, autor de "La torre de Suso" y "¿Para qué sirve un oso?".

En la historia cinematográfica de Pancho, un Jack Russell de trece años y de nombre real "Couk", entrenado por Antonio Valor, Massagué es su secretario personal, el encargado de velar por su inmensa fortuna y que sea un perro rico responsable y deje su vida de derroches.

"Mi obligación es que Pancho use todo su dinero para hacer el bien, algo que queda muy claro en la película; está llena de moralinas y mensajes de los que tienen que estar, y eso me gusta (...) sobre todo -resume el catalán-, que el dinero no es lo más importante".

Entre las múltiples ofertas de negocios que le llegan a Pancho un día aparece la de Montalbán (Armando del Río), un multimillonario sin escrúpulos a quien acompaña una joven y atractiva abogada.

"Ella es mala, un poco ambiciosa al principio, que cree que trabajando con el malo tiene poder, y lo usa para jactarse de lo estupenda que es y de la vida tan bonita que le espera, pero de repente se da cuenta de que su jefe está explotando a niños y entra en shock", comenta Conde, impecable en un mono de seda negro con grandes lunares en blanco.

Por eso, "y porque tiene su corazoncito -explica-, va cambiando a mejor hasta que se da cuenta de que lo verdaderamente importante es la amistad, el amor, tener una buena conducta y unos principios básicos".

Fernández, que ha dibujado los gags de "Pancho" como las antiguas películas mudas, a base de gestos, también ha incorporado escenas modificadas en 3D que convierten al perro en un experto jugador de Play Station, conductor de un bólido e incluso en cocinero.