La política es como una partida de dominó
El Centro de Participación Activa para Mayores del Zaidín se acoge a sagrado y no se habla ni de fútbol ni de política
Calor y ruido. No funciona el aire acondicionado en la amplia sala del Centro Cívico del Zaidín donde los jubiladas del barrio se emplean a ... fondo con las fichas del dominó. Las fichas las estampan contra los tableros de las mesas -¡chas!, ¡chas!, ¡requetechás!-. Es un sonido inconfundible. Uno puede no tener ni idea de jugar a dominó pero seguro que identifica el particular sonido, algo atávico, muy de dentro, muy descriptivo de todo un sector de la población y de las largas tardes de verano.
De fuera, las ventanas están todas abiertas de par en par, llega una sucesión de riffs de guitarra Fender, eléctrica, chillona, tan inconfundible para un par de generaciones que conocen al dedillo canciones como 'Smoke on the water' de los Deep Purple o el no menos mítico 'Rock and Roll' de Led Zeppelin. En un par de horas, a las ocho y media de la tarde, Paco Cuenca da inicio a la campaña electoral precisamente aquí, en el teatrito al aire libre que incorpora este Centro Cívico del Zaidín.
«Aquí nos conocemos todos y todos nos conocen a nosotros, sabemos qué posiciones tenemos, pero nos respetamos y hay paz»
Pepe Iáñez (71 años) y Eusebio Ocete (83) están de tertulia, forman parte de la junta directiva del CPA, Centro de Participación Activa para Mayores del Zaidín-Vergeles. Pegan la hebra con profesionalidad. Saltan de un tema a otro con precisión milimétrica. Han empezado a propósito del acto de inicio de campaña de Paco Cuenca y ya van por la vez que Eusebio pegó con sus huesos en el talego por «atentado contra la autoridad», delito que durante la dictadura se aplicaba cuando, como en su caso, «te pillaban pegando carteles». O como cuando «en Gran Vía, frente al Olympia, salimos corriendo y volcamos a pulso entre varios dos lecheras de los grises».
Reflexionan que ahora «ya no se pegan carteles, parece que no son ni necesarios. Pero era bonito. Bonito y peligroso». Ellos, ya curtidos y con un merecido 'más sabe el diablo por viejo que por diablo' por montera, saben que pegar carteles era un gesto de compromiso en la lucha por la libertad.
La tertulia sigue y se incorporan muchos más socios que asienten silentes con sus cabezas. Porque aquí hay un conflicto enconado. Estos jubilados, que trabajan de forma voluntaria en la junta directiva, no se terminan de entender con los responsables de este Centro Cívico del Zaidín. «Nos dicen que no hay espacios libres y ahora mismo subes y el piso de arriba está vacío. La planta entera».
«Somos apolíticos»
Lo que buscan es proteger al mayor. Y dejar en la calle la política. «Una vez se metió aquí Torres Hurtado (Partido Popular) cuando era alcalde y le dije 'que si te metes a repartir llaveritos y pegatinas que al día siguiente estaba llamando yo al PSOE'. Le dije que no siguiera, que así nos dividía a los mayores y que la política no tiene que entrar. Aquí no hablamos ni de fútbol ni de política. A ver si se van a enganchar y perdemos la tranquilidad», defiende Eusebio.
Por lo demás, «aquí no han venido a hacer campaña nunca. Esto es apolítico y aquí no se puede hacer campaña. No queremos enfrentamientos, que lo hagan en el escenario o en la calle». Y siguen con los recuerdos. «Una vez vino aquí Lola Ruiz (Izquierda Unida) en campaña para saludarme y le invité a salir fuera porque le argumenté que no queríamos actos políticos. Lo comprendió perfectamente y nos salimos fuera, era una persona muy educada». «Y el Paco Cuenca cuando venga a las ocho y media de la tarde de hoy (el pasado jueves) no le diremos nada porque esto ya está cerrado». Y se ríen.
Respecto a las posiciones políticas, «en este centro de día no he visto nunca en casi veinte años una sola discusión política». «Aquí nos conocemos todos y todos nos conocen a nosotros, sabemos qué posiciones tenemos, pero nos respetamos y hay paz», explican. «A mí me preguntan los mayores -dice Eusebio-, a quién vamos a votar, y yo les respondo que se lean todos los programas y que si ven algo que les interesa, pues que les voten. Y si te engañan pues te han engañado y ya lo sabes para la próxima».
¡Chas!, ¡chas!, ¡requetechás! La política es como una partida de dominó. Ambos asienten: «El dominó tiene su estrategia igual que los políticos tienen la suya. Cuando hay algo en juego todo el mundo quiere ganar. El que gana domina el juego». Igual que en la campaña.
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