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Rivera, este viernes durante el cierre de campaña en Barcelona. Efe
Rivera aspira a una remontada final gracias a los indecisos

Rivera aspira a una remontada final gracias a los indecisos

No tira la toalla pese a los negros augurios y confía en repetir el ejemplo de Andalucía para no caer en la irrelevancia

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Viernes, 8 de noviembre 2019, 23:21

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Albert Rivera se ha enfrentado a su campaña más difícil desde que en 2006 asumiera las riendas de Ciudadanos. Con todas las encuestas pronosticando un desplome en las urnas que dejarían al partido al borde del precipicio, asumió todo el protagonismo de su partido en la campaña confiado en corregir el rumbo y evitar la irrelevancia.

Para salvar los muebles, los liberales necesitan movilizar a los cerca de dos millones de votantes que, según el CIS, en las elecciones de abril escogieron la papeleta naranja y ahora dudan en volverlo a hacer. Por eso en estos ocho días Rivera y su círculo se han agarrado constantemente al ejemplo de Andalucía, que en las autonómicas de 2018, contra todo pronóstico, consiguieron gobernar con el PP y la ayuda de Vox, desbancando a los socialistas después de 37 años en el poder.

Sus votantes, los menos ideologizados y los más volátiles, suelen tomar la decisión del voto los últimos días de campaña. El 28-A, incluso, un 20% de los electores de Ciudadanos resolvió el color de su papeleta la misma jornada electoral. A eso se aferran en la dirección naranja para no tirar la toalla. Insisten en que con dos puntos más en porcentaje de voto lograrían una veintena más de escaños que los que les atribuyen las encuestas, por debajo de la veintena, incluso hasta diez.

En la madrileña sede de la calle Alcalá, tenían marcado en rojo el único debate entre los candidatos, confiados en que la intervención de Rivera les daría oxígeno en los sondeos. Pero no ha habido signos de remontada. Fuentes del partido, reconocen que el cara a cara no funcionó como esperaban, por lo que se aferran a un repunte de la participación. «A los que nos gusta ganar y competir no solo no tiramos la toalla, sino que competimos hasta el último minuto», reconoció este viernes el líder de Ciudadanos.

Llave del desbloqueo

Rivera se ha presentado estos días como la llave del futuro desbloqueo, ya sea desde el Gobierno, con una cartera bajo el brazo, o como alfil de la oposición. Desde que levantase el veto a Pedro Sánchez, ha insistido un día sí y otra también en que no impedirá la formación de un Ejecutivo socialista, a cambio, eso sí, de un pacto de legislatura. Incluso, se ha abierto a apoyar los próximos Presupuestos. «Lo importante es España, no las siglas, los partidos y los candidatos», insiste el dirigente liberal.

De confirmarse mañana los resultados, Ciudadanos podría perder hasta por encima de la treintena de diputados con respecto a abril, cuando obtuvo 57 al quedarse a tan sólo 0,8 puntos y nueve escaños del PP. Una victoria que Rivera interpretó como el inicio de una imparable carrera hacia la Moncloa convencido de que en poco tiempo sería capaz de dar el 'sorpasso' a Pablo Casado.

Lejos ahora de liderar la oposición, Rivera se juega su propio futuro. Y aunque la confianza en él parece inquebrantable, nadie esconde el temor a que un descalabro en las urnas abra el debate sucesorio en Ciudadanos. De momento, rema contra corriente y pone la vista en el día después, pase lo que pase.

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