Manuel Campo Vidal: «El debate político electoral es demasiado superficial»
Lejos, o no tan lejos, según como se mire, quedaron los tiempos en los que en la pantalla se asomaban los líderes del PSOE y el PP, sentado uno a cada lado de este periodista
Este lunes hay debate. A cinco. Lejos, o no tan lejos, según como se mire, quedaron los tiempos en los que en la pantalla se ... asomaban los líderes del PSOE y el PP, sentado uno a cada lado de Manuel Campo Vidal (Camporrells, Huesca, 1951). Fue él quien moderó los -muy probablemente- últimos cara a cara de la democracia española. Con el fin del bipartidismo, la política española ya no cabe en un plano corto.
Pregunta. ¿Cree que habrá Gobierno tras el 10-N o persistirá el bloqueo?
Respuesta. Este país no se puede permitir el permanecer bloqueado parlamentariamente después del 10-N, sea cual sea el resultado. La ciudadanía no toleraría una nueva repetición electoral, además sin garantía cierta de solución. Llevamos cuatro elecciones en cuatro años. Técnicamente, hasta podría ser necesario volver a las urnas. Sería dramático. España pierde mucho, demasiado, con esta paralización.
P. ¿Quién cree que va a ganar las elecciones?
R. Pronosticar resultados es cada vez más difícil porque la decisión del sentido del voto se deja para última hora. Los sondeos del día después así lo prueban. Además, los impactos emocionales pesan sobre los racionales. Todas las encuestas dan un triunfo del PSOE, con mayor o menor margen, pero en España hemos tenido algún caso de vuelco electoral. Recuerden el 14 de marzo de 2004 cuando ganó Zapatero, no tanto por 11-M, como por la gestión de aquella crisis que hizo el Gobierno Aznar.
P. ¿Por qué cree que los políticos son incapaces de pactar?
R. Los que son incapaces de pactar son los políticos actuales, pero no los políticos españoles per se. Los de hace 40 años, lograron elaborar una Constitución democrática, acordar los Pactos de la Moncloa, consensuar el Pacto de Toledo sobre las pensiones... Nuñez Feijóo, cuando se confirmó la nueva convocatoria electoral, echaba en falta «hombres de estado en vez de adolescentes». No es un problema de edad: Felipe Gonzalez fue presidente a los 40 años, Aznar a los 42, Suárez a los 44. No es, por tanto, su juventud. Es cuestión de madurez y de ambición descontrolada. Es legítimo aspirar a la Presidencia del Gobierno, pero el grupo de dirigentes actuales se impone alcanzar ese objetivo de inmediato.
Tacto y prudencia
P. ¿Considera que los partidos y sus líderes son un problema para España, como dice la encuesta del CIS?
R. No todos los políticos son iguales. Generalizar no es justo. Algunos, desde luego, sí son un problema. Un nuevo fracaso en la formación de gobierno dispararía la percepción de que los partidos y sus líderes son un problema, tal como indica el CIS.
P. ¿Tiene solución a corto plazo el conflicto en Cataluña? ¿Cuál?
R. Desgraciadamente no hay solución a corto plazo. Se necesita mucho tacto, prudencia e inteligencia. El independentismo ha cambiado de escala, una parte empieza a justificar la violencia de baja intensidad, y sueña con una intervención desafortunada del Estado español. De momento gana la batalla informativa internacional y cualquier incidente en Cataluña es amplificado por medios extranjeros.
P. ¿Qué medida considera que debería adoptar el nuevo Gobierno como prioridad?
R. La lucha contra el desempleo y la desigualdad es fundamental. La falta de trabajo es el motor de todos los conflictos presentes y de los venideros, consecuencia de la despoblación, del envejecimiento excesivo y la bajísima natalidad. Son problemas estructurales que en las elecciones apenas se tratan; y apenas se plantean soluciones. El debate político electoral es demasiado superficial.
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