Sabina, Miguel Ríos y Caballero Bonald firman un manifiesto en apoyo de IU

Ha sido el primer, y hasta ahora único, manifiesto de creadores que se da a conocer en esta campaña electoral. Coordinado por el poeta granadino Luis García Montero, candidato de IU a la Asamblea de Madrid, entre los firmantes se encuentra el Premio Cervantes José Manuel Caballero Bonald, Aitana Alberti León, hija de Rafael Alberti; los cantantes Joaquín Sabina y Miguel Ríos, los escritores Eduardo Mendicutti, Benjamín Prado, Isaac Rosa y Almudena Grandes, el dramaturgo Salvador Távora, el dibujante Andrés Vázquez de Sola, medalla de Andalucía en 2014, el cantaor Juan Pinilla o la cantautora Lucía Sócam.

Cerca de cuarenta firmas que proclaman en su escrito que «la cultura es un ámbito de formación de los ciudadanos que consolida la convivencia democrática, define la identidad abierta e integradora de una sociedad, consolida la conciencia crítica y favorece la sensibilidad y la imaginación moral».

A galopar

El manifiesto detalla los diversos aspectos del programa, a los que también se refirió Antonio Maíllo en su intervención posterior. Entre ellos recuperar la Consejería de Cultura y los presupuestos del año 2011; apoyar la cultura de manera transversal desde todas las áreas del gobierno, crear comisiones asesoras, fomentar el flamenco, o vincular la rehabilitación de edificios históricos con el control de su gestión.

Maíllo recordó el conocido poema de Alberti, «A galopar, a galopar hasta enterrarlos en el mar» (al neoliberalismo) y dijo que es preciso «impregnar la política de poesía, porque la haremos mejor» , «conciliadora con la gente», frente a los modelos «agresivos y de malas formas».

El coordinador y candidato de IU reclamó que «la izquierda es la referencia del mundo cultural y artístico de Andalucía» y defendió un apoyo «que garantice la libertad de sus creadores».

Asimismo, defendió que la Junta tome parte en los patronatos de las fundaciones de escritores existentes en la actualidad, para defender los legados que éstas custodian, y en concreto en la Fundación Rafael Alberti, que atraviesa una grave crisis que pone en peligro su continuidad.