Noviembre destruye 30.000 empleos, más del doble que un año atrás

Se destruyeron más de 30.000 empleos de media, más del doble que un año atrás, muy lejos de los poco más de 150 empleos que se perdieron en 2022 y el peor dato en un lustro, aunque es cierto que es un «comportamiento levemente mejor que la media de 2017, 2018 y 2019», tal y como resaltó este martes en un comunicado el Ministerio de Seguridad Social.

El sistema, no obstante, se ha logrado mantener por encima de la barrera de los 21,3 millones de afiliados e incluso en el último día laborable de noviembre se superaron los 21,35 millones. La afiliación diaria muestra que la primera quincena del mes fue mucho peor, situándose por debajo de los 21,2 millones de cotizantes, y en la segunda mitad comenzó la remontada, con la preparación para la Navidad.

También las cifras desestacionalizadas (descontado el efecto de calendario) dejan ciertas señales de enfriamiento, puesto que aunque se sumaron 13.116 afiliados en noviembre, se trata del repunte más flojo de los últimos cinco años. Así, el ritmo de creación de empleo cae casi una décima hasta situarse en una tasa del 2,39%, lo que equivale a que haber sumado cerca de medio millón de trabajadores en el último año.

El Gobierno se ha fijado como objetivo alcanzar los 23 millones de ocupados a final de la legislatura tras haber «consolidado» la cota de los 21,3 millones. «Estamos terminando el año 2024. En el mes de abril superamos algo que parecía inalcanzable, los 21 millones de afiliados, y ahora ya lo superamos con creces. Por eso tenemos el próximo objetivo que es llegar a superar los 23 millones de afiliados al final de esta legislatura, en 2027», señaló la ministra de Seguridad Social, Elma Saiz.

Pero lo que tendrá muy complicado el Gobierno es cumplir con su compromiso de terminar este mandato con un paro por debajo del 8% (lo que denominan 'pleno empleo'). Porque el desempleo descendió el pasado mes en 16.036 personas, la menor caída de los tres años precedentes. El número total de desempleados se sitúa en 2.586.018. Y eso sin contar a los fijos discontinuos que no están trabajando, que en noviembre se elevaron en más de 75.500 y suman ya 700.000 personas que no tienen empleo pero no están registradas en las listas del SEPE. El paro efectivo, por tanto, se eleva hasta los 3,3 millones, una cifra que el mes próximo seguirá engordando, según estima Randstad Research.

El responsable de la destrucción de empleo es la hostelería, sector en el que se perdieron más de 121.500 puestos tras el cierre de la temporada, y por eso también Baleares, la comunidad más turística, es la región que encabeza el recorte de afiliación, con casi 100.000 bajas.

En Valencia, sin embargo, no se percibe aún el impacto de la DANA en el empleo, que sube ligeramente, aunque sí se nota en los ERTE, con casi 11.500 trabajadores acogidos y sin estar aún todos los que van a ser.

En la otra cara de la moneda, la educación tiró del empleo al ganar 27.430 afiliados medios y el comercio sumó casi 23.300 ocupados.

Por otro lado, noviembre tampoco fue un buen mes para la contratación, que se hundió casi un 15% respecto a octubre, con una caída más intensa en la contratación indefinida (-18%) que en la temporal (-12,3%). De los 1,3 millones de contratos realizados en noviembre, 544.519 fueron indefinidos, el 41,8% del total, casi dos puntos menos que en octubre. De este medio millón largo de empleos fijos, cuatro de cada diez lo son a tiempo completo, lo que supone el 16% de toda la contratación. Sin embargo, la mortalidad de los indefinidos ha aumentado con la reforma laboral y sobrepasan el millón de trabajadores que desde 2021 han firmado en el mismo mes más de un contrato fijo.