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La salud, prioridad para la economía

Los líderes ante la crisis ·

Somos conscientes de que cada mes que pasa de confinamiento y parálisis productiva nos dejará cicatrices, y también por ello, la prioridad es controlar la enfermedad y reducir este tiempo

Gabriel Escarrer Jaume

Vicepresidente Ejecutivo y Consejero Delegado de Meliá Hotels Internacional

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Lunes, 30 de marzo 2020

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El sector turístico (12,3% del PIB) es el más directamente afectado desde el inicio de la crisis del COVID-19. Por ello, desde un momento muy temprano, desde Exceltur, la alianza de las grandes empresas del sector para la excelencia, pedimos al Gobierno una reacción en forma de medidas que apoyasen la liquidez de las empresas ante la catastrófica caída del negocio –en la actualidad prácticamente total– y que permitiesen también la flexibilización en materia de costes y de personas.

La actuación en materia laboral ha sido la mejor de las posibles, facilitando la flexibilidad que necesitamos para mantener, con gran sacrificio por parte de todos, el empleo y el talento de nuestras empresas. En el caso de las medidas fiscales que solicitábamos (tales como aplazar sin coste el IVA, IRPF o las cuotas de la Seguridad Social) el Gobierno ha pensado en las PYMES, pero se ha olvidado de la gran empresa, que es el motor de este país, y por ello seguimos reclamándolas, a la espera de que recapacite. Por lo que respecta a otras medidas para garantizar la liquidez de las empresas, hasta ahora las medidas crediticias han sido tímidas, aunque celebramos el anuncio de la línea de avales que el ejecutivo ha puesto en marcha.

En cualquier caso, creo que ante la ausencia casi absoluta de visibilidad, el Gobierno debería ajustar el plan económico a los escenarios más conservadores, que nos hablan de hasta seis meses de una fuerte ralentización de la actividad. Consciente de que lo primero es la salud de la población, entendería que se endurezcan aún más las restricciones a aquellas actividades productivas que no sean esenciales para el funcionamiento del país, pero solo mientras ello resulte absolutamente imprescindible para contener la extensión del virus, e impulsar la reactivación económica a medida que ello sea posible sin poner en riesgo la salud. Porque hablar hoy de economía es hablar, más que nunca, de salud.

Somos conscientes de que cada mes que pasa de confinamiento y parálisis productiva nos dejará cicatrices, y también por ello, la prioridad es controlar la enfermedad y reducir este tiempo. Sabemos que estamos pidiendo al Gobierno y a las instituciones europeas un equilibrio muy complejo entre preservar las empresas y el empleo ahora, y apuntalar la futura recuperación, pero esta es una situación única en la historia, que ni siquiera han previsto nunca los tratados de economía, y las soluciones deben ser también nuevas y valientes.

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