El aceite de oliva virgen extra de Jaén que se puede comprar a precio de fábrica

Este aceite de oliva virgen extra se produce en la cooperativa situada en Navas de San Juan. Una almazara con más de 70 años que supone uno de los grandes motores de producción de aceite de «El Condado» de Jaén

Para el proceso de elaboración de estos aoves, en primer lugar, cuando los socios traen la aceituna, viene mezclada con hojas y algunas piedras de la recogida. Entra en la limpiadora, en donde se somete a la aceituna a un chorro de aire, de forma que la hoja va fuera a una cinta transportadora, separándose así del fruto, que ha caído por su peso a otro lugar.

Después se lava la aceituna, en el proceso de lavado, dentro de una máquina que es como una pirámide invertida, donde se le aplica una corriente de agua a la aceituna, que sirve para quitarle el polvo adherido y alguna piedra que haya podido recogerse en los mantones; todo esto cae al fondo por gravedad y con otra cinta transportadora, quedan separadas de la aceituna.

En otro depósito, con forma de pirámide invertida llamado «tolva», entra la aceituna limpia, y se almacena para su molturación. El primer proceso siguiente es la molienda, con el molino de martillos, en donde se tritura el fruto y queda como una pasta, y de ahí pasa al siguiente paso.

Después esa pasta va a la batidora, donde se bate mediante unas palas que rotan, durante unos 45 minutos, y se controla su temperatura 27ºC para facilitar que el aceite salga pero sin perder aromas y sabores. Es importante cuidar la temperatura para que el aceite sea de la mejor calidad.

Esta máquina amasa la pasta mediante el batido, consiguiendo que la pasta sea homogénea, aquí es donde comienza el proceso de liberación del aceite, en forma de «perlitas», y de aquí se traslada a la siguiente fase.

El dcánter horizontal, que es similar a una centrifugadora pero para aceite, separa por fuerza centrifuga el aceite del resto de la masa. El aceite se queda en la parte interior al pesar menos y un poco de agua de vegetación, y el resto de la masa, una mezcla de agua, pulpa y hueso que va al otro extremo. Ya por un lado sacamos el aceite con el agua de vegetación, y por otro lado esa mezcla que es lo que conocemos como orujo.

Tras el decánter, mediante «centrífugas» se realiza otra centrifugación, esta vez vertical, en donde se separa el aceite de ese agua de vegetación y algunas partículas sólidas que han podido pasarse en la fase anterior.

Con el aceite limpio, y se deposita en los decantadores verticales de gran tamaño y forma cónica invertida abajo, para que la poca agua que aún pueda quedar se deposite en la parte inferior, separándose así del aceite. Es importante que el aceite no esté en contacto con el agua durante mucho tiempo, porque eso bajaría su calidad.

El aceite virgen extra completamente limpio y puro se almacena en los depósitos de grandes proporciones de la bodega, donde dispone de un filtro de impurezas y humedad, por el que pasa el aceite antes del envasado, para que llegue en óptimas condiciones para el consumo.