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El empresario motrileño rodeado por sus tres hijos, Bibiana, Ainara y Álvaro. Ideal
La familia de Granada que llenó de golosinas toda Andalucía
Sagas empresariales | Morón

La familia de Granada que llenó de golosinas toda Andalucía

Desde 1974 ·

El motrileño Juan José Morón, que empezó con una furgoneta que repartía caramelos, ha levantado tres empresas, una para cada uno de sus tres hijos

Andrea G. Parra

Granada

Domingo, 13 de abril 2025, 23:30

El sueño de cualquier pequeño de jugar al escondite en un almacén lleno de caramelo, patatas y gusanitos. Como estar en el país ideal. Mejor que en un parque de atracciones. Lo cumplió de pequeña Bibiana Morón Gómez en la empresa de su padre. Ahora sigue rodeada de todo tipo de chucherías y productos de alimentación porque gestiona una de las tres empresas que su progenitor dejó a Bibiana y a sus hermanos Álvaro Morón Gómez y Ainara Morón Gómez.

El fundador del negocio fue el padre, un hombre muy conocido durante décadas en el sector en la Costa granadina y a nivel nacional. Juan José Morón Sánchez puso en marcha su propio negocio en Motril en 1974. Le apasionaba el sector de las golosinas, observó una gran demanda en la zona y notó que nadie ofrecía ese tipo de productos, por lo que decidió emprender en este ámbito. Comenzó como autónomo, vendiendo golosinas, caramelos y snacks durante seis años con su propio furgón. En 1982 se asoció con su hermano, Antonio Morón Sánchez. Trabajaron juntos durante seis años, alcanzando los diez empleados. Ampliaron la oferta a productos de droguería, juguetes, golosinas, snacks y papelería.

Tras aquellos años, los hermanos siguieron caminos empresariales diferentes. Antonio se quedó con las áreas de droguería y hostelería y Juan José continuó con golosinas y papelería, repartiendo también las propiedades. Después Juan José compró una nave en el puerto para el almacenamiento de los productos. Amplió rutas a Málaga, Almería, Jaén y Cádiz hasta la Línea de la Concepción. A la misma vez compró numerosos bajos comerciales en  Motril. En 1997 fundó Suministros de Hostelería Bimor.

En expansión. Bibiana Morón en su cash de Granada, que distribuye a una amplia clientela. Ariel C. Rojas

Un nuevo salto de la empresa fue en 2002, cuando abrió una nueva delegación en Granada, actualmente dirigida por una de sus hijas. En el año 2019 llegó el relevo con la jubilación del fundador. Álvaro Morón Gómez se quedó con la nave de Almacenes Morón, que pasó a llamarse Suministros Morón. Ainara Morón Gómez dirige la nave de suministros de hostelería Bimor, ahora llamada Costabimor. Y Bibiana Morón Gómez se hizo cargo de la delegación en Granada, ahora denominada Cashmoron.

De cuna

Los tres hermanos Morón Gómez han visto crecer el negocio familiar desde la cuna literalmente. Recuerda Bibiana a su hermana en la cuna de la oficina en plena Navidad, llena de confeti. «De estar haciendo bolsas de cotillón sin parar y hasta en la cuna tenía confeti», agrega. Bibiana no olvida tampoco en navidades haciendo todos bolsas de cotillón. «Conseguíamos muchísimos viajes por vender productos de determinados fabricantes», apostilla.

Y, por supuesto, Bibiana era la que probaba todas las golosinas antes que nadie y siempre llevaba al colegio lo último que iba a salir al mercado. «A todos los niños del colegio les encantaba venir a mi cumpleaños porque estaba lleno de golosinas y caramelos», presumía entonces la niña y ahora la empresaria. Se criaron en la tienda. «Siempre que llegaba a la tienda había un molinillo de café, moliendo y yo me comía los granos de café, mis padres siempre me regañaban porque luego no dormía», rememora.

Las chicas. Bibiana Morón con su hermana Ainara y abajo, el mismo día, la madre, Purificación Gómez, con la pequeña. ideal

Son muchas las anécdotas y miles los productos vendidos. Incluso le fabricaron unas pipas a nombre de Juan José Morón Sánchez llamadas el Gallo de Morón. También relata con añoranza que en aquellos tiempos era «mucho más fácil de vender por qué no había tanta competencia». En sus inicios vendían de todo en la tienda, desde muñecas y carricoches a sacapuntas. «Mi padre era muy reconocido en el sector de la golosina. Vendía en toda Andalucía. Era muy respetado por todos los fabricantes. Todas las empresas del sector querían trabajar con él por la buena distribución que tenía, los precios competitivos y porque pagaba al contado», ensalza Bibiana de su progenitor. «Mi padre era conocido a nivel nacional», remarca. «Era un gran negociador porque compraba mucha cantidad», relata. «Una de sus cualidades más destacadas fue su habilidad para la negociación. Sabía aprovechar las oportunidades: compraba grandes cantidades de mercancía y pagaba al contado, lo que le permitía obtener mejores precios y condiciones con los proveedores. Esa estrategia fue clave para el crecimiento del negocio», valora su hija.

«Probaba todas las golosinas antes que nadie y siempre llevaba al colegio lo último que iba a salir al mercado»

«Él llegó a tener todo lo que ha tenido trabajando mañana, tarde y noche. Solo tenía una semana de vacaciones y descansaba solo el domingo. Lo recuerdo una vida entera trabajando sin parar. Por eso y por su forma de hacer las cosas ha llegado a tener todas las empresas y propiedades que tiene», cuenta Bibiana con admiración en un acto de gran reconocimiento a su padre.

Han sido años de remar todos a una. Bibiana describe cómo «cuando venían los camiones de polos Rocko teníamos que descargarlos a mano, porque no tenían palets y aparte en el almacén antiguo no disponíamos de traspaletas. Hacíamos una cadena humana y descargábamos el camión a mano y si había algún vecinillo, nos ayudaba y a cambio le regalábamos una caja al terminar la descarga».

En su caso, Bibiana valora que trabajar con familiares «hace que todo sea más personal. Las decisiones se toman de forma sencilla y con comprensión mutua. Siempre nos ayudamos entre todos». Para estos tres hermanos su padre es un ejemplo. «Juan José completó el bachillerato superior y posteriormente hizo el servicio militar. Su gran implicación y dedicación al trabajo fueron clave para los éxitos obtenidos. Fue un ejemplo de esfuerzo y constancia», expone su hija.

El fundador tuvo su propia marca de pipas con su nombre, el Gallo de Morón

Sus vástagos siguen con el negocio. En Cashmoron, en Granada, ahora son doce empleados. Están centrados en la venta de productos de alimentación (galletas, bollería, chocolates, snacks, bebidas energéticas), bolsas de plástico, decoración para eventos, globos, piñatas, productos para yogurterías y máquinas vending. Distribuyen en toda la capital, el cinturón metropolitano, Loja, Baza y Sierra Nevada. Su clientela son los supermercados, tiendas 24 horas, vending, yogurterías, estancos, farmacias, kioscos, prensa, hoteles, entre otros. Su presencia digital se centra en web en desarrollo activo (www.cashmoron.es), ventas en Amazon y expansión hacia otras redes sociales.

Para Bibiana Morón los desafíos actuales pasan por encontrar «buenos» trabajadores y hacer frente a «la fuerte competencia en el sector». Siguen trabajando para endulzar la vida a los granadinos y ponerles un poco de sal con patatas y otros productos. Y para obtener, como en la distribución exclusiva de Tosfrit, una marca reconocida de snacks, otros hitos y exclusividades.

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