Las empresas familiares ganan al resto de negocios en Granada

Este porcentaje es el segundo más alto de Andalucía, solo superado por Cádiz, y está por encima de la media andaluza y nacional, según los datos facilitados por la Asociación Andaluza de la Empresa Familiar (AAEF).  

Detrás de esas firmas empresariales hay nombres y apellidos. El oficio en algunos casos lo han vivido desde su nacimiento. Se han criado sabiendo lo que sus progenitores debían afrontar cada jornada. Las segundas y terceras generaciones han sabido también innovar y adaptarse al mercado para seguir creciendo y mejorando sus cuentas. Las empresas que nacieron, algunas, en cocheras, trasteros y en alguna estancia de los hogares particulares, ahora exportan a decenas de países.

Jumadi o el grupo Caro son ejemplo de la expansión. Lo es también Sima. Son muchas más. Las empresas familiares de Granada dan empleo a más de 180.000 trabajadores, frente a las 55.000 de las no familiares (aproximadamente al 76,5%). Han aumentado su número de trabajadores un 11% entre 2018 (antes de la pandemia) y 2022. La creación de empleo de las empresas no familiares ha sido menor (7%).

Facturación

La facturación acumulada supera los 7.600 millones de euros, frente a los 1.100 millones de las no familiares (86,7%). Esto supone un incremento entre 2018 y 2022 de un 24% para las familiares frente a un escaso 2% de las no familiares, según las mismas fuentes de la Asociación Andaluza de la Empresa Familiar.

Las empresas familiares granadinas destacan en sectores como el comercio (al por mayor y al por menor), construcción, servicios de hostelería y actividades inmobiliarias. Por tamaños, solo un 3% son medianas o grandes y más del 70% son microempresas.

Una estadística destacada es que poco más de una de cada cuatro empresas familiares granadinas (26,3%) ha superado algún proceso de relevo generacional; es decir, se encuentra en segunda o posterior generación. Un 28% aún están en una fase emprendedora (con menos de 10 años de vida) y la gran mayoría (45%) se encuentra en primera generación con una antigüedad superior a los 10 años, pero inferior a los 25.

Según las cifras, derivadas del estudio sobre la empresa familiar en España del Instituto de la Empresa Familiar en Andalucía, más del 90% de las empresas son familiares (en concreto el 91,9%). Este porcentaje es superior en casi dos puntos a la media nacional, que se sitúa en el 89,8%.

La cátedra de empresas familiares, fruto del convenio firmado entre la Universidad de Sevilla y el Instituto de la Empresa Familiar respecto a la contribución al empleo privado, señala que este tipo de negocios en la comunidad autónoma andaluza alcanza el 83%, de nuevo por encima de la contribución de este tipo de empresas en la economía nacional, que es del 66,7%, aunque «en este caso, los valores se encuentran más en línea con muchas comunidades autónomas, aunque desde luego, en el grupo de cabeza por el empleo generado por las mismas en España».

Estas son las cifras, y el día a día de estos negocios es exigente. La Asociación Andaluza de la Empresa Familiar celebró en junio su XXIII asamblea general en Granada, reuniendo a más de un centenar de representantes de empresas asociadas y entidades colaboradoras. Manuel Barbadillo Eyzaguirre fue elegido presidente de este movimiento asociativo en representación de la empresa Bodegas Barbadillo SL (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz). El presidente saliente fue José Luis Martínez Lázaro.

Sede del congreso

En contacto con este periódico, explicó que la primera medida en su cargo fue proponer a Andalucía como sede del XXIX Congreso del Instituto de la Empresa Familiar en 2026 coincidiendo con el 25 aniversario de la AAEF. A la cuestión de si valoran lo suficiente las administraciones a la empresa familiar, respondió que «no siempre, aunque tenemos muy buena relación con la administración».

Las principales peticiones que hace son la simplificación administrativa, seguridad jurídica y un tratamiento fiscal justo en la transmisión de la empresa de generación en generación. Defendió que la empresa familiar aporta –algo no lo hace el resto del tejido empresarial–, la vocación de permanencia, su arraigo social y su involucración en su entorno desde todo punto de vista.

¿Por qué comprar en un negocio familiar y no en el resto? «Porque nosotros formamos parte, por nuestra vinculación con el entorno, del comprador», destacó.

En la junta directiva, según se acordó, en la asamblea de Granada, Juan Moya Yoldi, de Persán SA, como vicepresidente primero; José Luis Martínez Lázaro, de Carmelo Martínez Rodríguez SL, como vicepresidente segundo; y Antonio José Castaño, de Hermanos Castaño Fernández, en la secretaría. Como vocales participan Fay& Co Auditores SL, Javier Bahut Vega; Grupo de Empresas Azvi SA, Dionisio Contreras; González Byass SA, Victoria González-Gordón; Electra Conilense SLU, Teresa Romero; Grupo Osborne, Carla Terry; Hidral SA, Florentino Chacartegui; Iturri SA, Juan Francisco Iturri Franco; Instituto Español SA, Vicente Granados Royo y Grupo Hermanos Martín SA, Vicente Martín Elías.

Como la encina

En la asamblea, Barbadillo arengó diciendo: «Somos como la encina que nos representa, donde lo que no se ve es tan importante como lo que se ve, esto es sus raíces.

Al igual que la encina necesitamos de la tierra, de su entorno y de su gente, para poder existir y viceversa. Es lo que nos diferencia de otras empresas. Estamos orgullosos de ser 100% empresas, 100% familiares y 100% andaluces».

Y finalizó valorando que «las empresas familiares son el corazón de la economía andaluza y las personas, nuestra gente, son el corazón de nuestras empresas familiares».