La empresa que lleva el frío a la hostelería y a la lonja de toda la Costa de Granada
La cofradía de pescadores creó en la década de los ochenta un negocio que en el año 2000 compró la familia Rodríguez y que se ha diversificado con nuevas líneas
Con el calor que hace estos días cualquiera agradece una pieza fresquita de esas que alegran mezclada con una bebida y en Fábrica de Hielo ... Alborán SL lo saben muy bien. Es una empresa, sita en el muelle pesquero de Motril, que ha remado contra viento y marea y ha sabido adaptarse al mercado, incluso en los peores momentos. Al inicio su cometido no era hacer esos cubitos que pone cualquier persona a su café, refresco o copa para enfriarla, pero poco a poco fueron dando respuesta al mercado y reinventándose.
La fábrica abrió a principios de la década de los ochenta del siglo pasado –sobre 1982– de manos de la cofradía de pescadores. En el año 2000, Fernando Rodríguez, padre del actual gerente, Enzo Rodríguez, se hizo cargo de ella, pasando a manos privadas. En 2012, Enzo tomó las riendas tras la jubilación de su progenitor. Siempre fue una empresa destinada al ámbito pesquero, pero en 2013, debido a la crisis del sector, diversificó el negocio hacia la hostelería y añadió líneas de reparto.
La ubicación de la fábrica sigue estando en el mismo lugar que desde sus inicios, solamente que en el año 2020, Enzo Rodríguez llevó a cabo una «profunda» modernización gracias a Fondos Pesqueros de la Unión Europea. «El nombre viene debido a nuestro enclave con el sector pesquero y su mar Alborán», aclara por si hubiera alguna duda. La fábrica produce 20 toneladas diarias. Recuerda el actual gerente, que en 2012 apostó por esta vida porque es lo que ha visto desde pequeño en su casa. Todo a pesar de que en ese momento el declive en el anclaje pesquero era una realidad.
Así fue adaptándose a las exigencias del mercado y apostando con nuevos servicios. En la actualidad tiene cinco empleados en invierno y ocho en verano. Presumen de ser la única empresa de la Costa Tropical que satisface las necesidades del sector pesquero y son los líderes en venta de cubitos y escama en su zona de distribución. Sus líneas de ruta van desde Castell de Ferro hasta Almuñécar. Atendiendo las zonas del interior como Vélez, Gualchos, Los Guajares, Molvízar y la Alpujarra, según expone Rodríguez.
En lo referente a la escama que fabrican en Motril, indica que sacan unas 20 toneladas diarias para poder satisfacer las necesidades del sector y todos los negocios que dependen del mismo. La escama es un hielo utilizado para el enfriamiento de productos de carne y mar así como en otras acciones industriales. La época de más venta de esta empresa, tanto en hostelería como en sector pesquero, son los meses de verano, dando respuesta tanto a lo pescado, la embarcaciones de pesca, pescadería y todo el conglomerado hotelero.
La hostelería es la que aglutina el mayor número de sus clientes. Enzo Rodríguez subraya el trabajo y esfuerzo que realizan y pone en valor que están en una ubicación única, en el puerto. Asimismo, resalta que su servicio de reparto está ajustado al cliente. Confiesa que no ha sido, ni es fácil, haber superado la crisis del hielo. Es su gran hito. Y, por supuesto, «sin que ninguno de nuestros clientes fuera perjudicado».
No olvida sus noches sin dormir. «Para mí fue un reto personal y de orgullo poder mantener el negocio después de la crisis del sector pesquero, y darle un giro de 180º diversificando en momentos de crisis. Fue contraria a la crisis de hielo en España, ahí fue la satisfacción del buen hacer de todo un equipo humano involucrado más en la profesionalidad y lealtad a nuestros clientes que en el beneficio económico, de esa manera pudimos dar un servicio de hielo y posicionar la marca Hielo Alborán como un referente en el sector hostelero», rememora con satisfacción.
En esta nueva etapa tampoco deja de darle vueltas a la cabeza. La innovación y las nuevas tecnologías juegan un papel «crucial» en la mejora de costes y medio ambiente. «En nuestra modernización hubo dos epicentros claves. Fueron aprovechar el agua del mar para la refrigeración de compresores y la automatización de la misma a la hora de la fabricación», detalla. En este extremo, Rodríguez concreta que el funcionamiento de una fábrica de hielo es «sencillo, pero al mismo tiempo algo complejo». Describe que utilizan un generador de hielo en placas. «Esas placas tienen un sistema de agua, donde va recogiendo el agua potable de una piscina y mientras el agua va cayendo por la placa tiene un proceso de enfriamiento de unos 550 segundos. Una vez terminado ese ciclo de enfriamiento le entra un desescarche de calor de 80 segundos para poder despegar el hielo de la placa. Una vez despegado cae a una bandeja por gravedad, donde se rompe en la caída y llega posteriormente a un sinfín, este sinfín sigue troceando el hielo hasta que llega al silo, donde se almacena a granel», desgrana el gerente para hacer ver cómo es el sistema de producción.
Admite que el gran «enemigo» de una empresa de hielo es la energía. «No solo necesitamos dicha energía para fabricar, si no, una vez fabricado necesitamos mantener nuestro producto en condiciones óptimas», concluye. Con el reto de seguir dando respuesta a sus clientes, la Fábrica de Hielo Alborán está preparada para la etapa del año de más trabajo y para refrescar a los granadinos y mantener en niveles óptimos las necesidades del sector pesquero.
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