Los diseñadores granadinos de llaves únicas e irreplicables

Esto sin contar con el «alarmante aumento de estafas informáticas o copias fraudulentas de tarjetas (skimming)». «Dado que ofrecemos una solución para la identificación y gestión segura de acceso, nos inspiramos en el dios romano de las puertas y las llaves, Portunus», explican. Dada la complejidad del prototipo, actualmente el equipo está formado por José R. Morillas y Guillermo Camacho (ambos físicos), varios ingenieros, Alejandro R. Barroso (Industrial), Óscar Martínez Cano (Telecomunicaciones), Javier Ruiz y Carlos Ruiz (Electrónicos Industriales) y Jesús García (biólogo). Realizan sus desarrollos en el Laboratorio Singular F2N2Lab, del departamento de Física Aplicada. Ofrecen un sistema de seguridad basado en cerraduras y llaves físicas únicas e irreplicables. El origen de su cifrado se encuentra en los procesos aleatorios que tienen lugar en la nanoescala. Además, estos identificadores son completamente personalizables, pudiendo modificar su forma, color y textura según las necesidades y gustos, pudiendo incluirlos en pulseras, anillos o incluso en prendas de vestir, según describe Barroso.

Actualmente se pueden encontrar en el mercado distintas soluciones para la verificación de las credenciales de acceso. Las más robustas suelen utilizar datos biométricos como las huellas dactilares o escáner ocular, sin embargo, se está endureciendo la legislación con respecto a su uso debido a la protección de datos personales. Por otro lado, están los servicios de tarjetas y dispositivos de identificación, como las llaves electrónicas cifradas con contraseña. El principal problema de las mismas es su vulnerabilidad ante clonación y descifrado.

La oferta de Oportunus es «un sustituto de la información biométrica cuya codificación se basa en procesos naturales que no han sido generados mediante algoritmos de origen humano (por lo que no es virtualmente descifrable). La autenticación de la llave se basa en distintas propiedades físicas y no simplemente en la comparación de simples patrones visuales (por lo que no es clonable)».

La investigación juega un papel clave para Oportunus, que ha nacido en un laboratorio y todos los integrantes son investigadores. Desde hace 15 años su grupo ha estado trabajando tanto en comprender los fenómenos físicos relacionados con los coloides magnéticos como desarrollando tecnologías que saquen partido a dichos sistemas. Oportunus trata de consolidar esa conexión entre la investigación y la sociedad.

Vivimos en una sociedad cada vez más telematizada donde se llevan a cabo millones de operaciones críticas por segundo a través de internet, como pagos y transacciones bancarias, identificación de usuario, acceso a sistemas restringidos o información confidencial. De hecho, el 30% de los clientes del mercado de la ciberseguridad, que mueve un volumen de más de 100.000 millones de euros, pertenecen a los sectores de la banca, fabricación y Gobierno.

«Por eso, creemos que es necesario dotar a estos procesos de verificación de la identidad de una capa de seguridad más robusta basada no en algoritmos informáticos sino en procesos físicos genuinamente no replicables», defiende.

Los investigadores han tenido que aprender también a ser emprendedores. «Lo más complicado del emprendimiento es el primer paso porque constantemente se tiene la sensación de no estar lo suficientemente preparado. En investigación, nunca se suele responder una pregunta sin generar nuevas, en cambio, cuando se pretende solucionar problemas de la sociedad, hay que saber evaluar cuándo el conocimiento generado es apto para su comercialización. En nuestro caso, tras mucho tiempo posponiendo la comercialización a la espera de una mayor madurez tecnológica hemos visto la oportunidad gracias al apoyo de UGR Emprendedora», argumentan.

Ahora mismo, los emprendedores están en el proceso de constituir la empresa. Las mayores dificultades que «nos encontramos son todos aquellos detalles legales con lo que hay que lidiar y con los que no tenemos experiencia dada nuestra formación». Su capital inicial proviene fundamentalmente del premio del concurso de emprendimiento de la UGR así como ahorros personales de todos los integrantes. Su principal objetivo es la comercialización completa del sistema cerradura más llaves hasta poder alcanzar el punto de recuperación de inversión, esperado en cuatro años.