

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Dos granadinos guían a cientos de opositores a Hacienda de todo el país. Son Cristian Fernández y Dulce Ríos, un matrimonio de Pinos Puente que está detrás de CFM Oposiciones de Hacienda, una academia que en los últimos años ha logrado posicionarse con fuerza en el panorama académico gracias a sus métodos innovadores, su presencia en redes sociales y su alto porcentaje de aprobados.
Ambos se conocen desde siempre, aunque no fue hasta 2008 cuando comenzaron una relación que es el germen de la marca. Para entonces, los dos se habían formado en la Universidad de Granada. Dulce lo hizo en Derecho y Cristian en Ciencias Empresariales, Finanzas y Contabilidad. De la capital nazarí dieron el salto a Inglaterra, donde permanecieron casi un año en Milton Keynes. Fue al volver de allí cuando él comenzó a prepararse para ser técnico de Hacienda. Consiguió la plaza en solo año y medio, la mitad de lo habitual, y quedó el 17 a nivel estatal. «Nos cambió la vida porque a partir de aquí todo se aceleró mucho, tanto en lo profesional como en lo personal», reconocen.
El primer destino fue Madrid, donde hizo el curso previo al nombramiento como funcionario de carrera. Después fue destinado a la aduana de Algeciras, ciudad donde vivieron cinco años y medio «maravillosos hasta poder llegar a nuestra querida y añorada Granada». Ambos se casaron en 2018, el año en que arrancó el camino para la creación de CFM Oposiciones de Hacienda.
Fue en Algeciras, donde Cristian comenzó a dar clases desde casa. Poco a poco, la voz se fue corriendo por Algeciras y, a los pocos meses, en septiembre de ese mismo año, «tuvimos que alquilar un aula en una academia que había debajo de casa». Ambos tienen bonito recuerdos de aquellos tiempos. «Al principio había poca gente, quizás dos grupos con entre 4 y 8 alumnos. En uno de los grupos, con el paso de los meses, se quedó solo una alumna, lo que no daba ni para cubrir el coste del aula, pero para Cristian siempre prevalecía su compromiso al importe económico, no era una cuestión de dinero si no de orgullo por enseñar, motivación por ayudar a que la gente pueda cambiar su destino y que, ante todo, no pudieran decir nunca que los dejaste tirados. Quien ha sido opositor sabe lo importante que es tener a alguien cerca que te comprenda, que sienta lo que se pasa en este proceso de oposición y ello requiere de un compromiso y dedicación que tiene que trascender lo meramente económico», reconoce Dulce Ríos.
Al final, ese compromiso se empezó a reflejar en más alumnos, nuevos grupos, un crecimiento que terminó de apuntalarse de la manera más inesperada posible: la covid. «Muchas academias cerraron temporalmente, los opositores se veían solos de repente y nosotros encontramos el camino al mostrarles apoyo y cercanía», recuerda ella.
Fue entonces cuando echó a andar la academia online y crearon la página web (www.oposicionesdehacienda.com) y una plataforma a través de la cual poder desarrollar todo el contenido online. Contrataron a un informático y, con mucho trabajo, en pocos meses lo tenían todo listo. «Fue una locura, la pequeña recién nacida, la covid y nosotros en casa programando preguntas, editando material, y un sinfín de cosas», repasa Dulce.
Esa motivación de querer hacer algo distinto y las ganas de mostrarle a toda España como preparaban las clases les llevó, por ejemplo, a localizar una cámara web con inteligencia artificial que borra de la pizarra al profesor y se ve solo la pizarra. «A día de hoy hay herramientas increíbles con las que trabajar, potenciadas por ese uso de lo telemático que hemos experimentado en los últimos años, pero hace cinco años no estaba tan desarrollado», apostilla.
A esta academia, dicen que les diferencia que «ante todo somos transparentes, siempre hay un periodo gratuito, no hay permanencia y el pago nos lo hace el alumnado a nosotros por transferencia cada mes, no domiciliamos pagos, ante todo queremos que quien se quede, sea porque está contento con el servicio que prestamos».
«Para nosotros la principal diferencia está en varios factores, pero sobre todo hay uno fundamental, todos nuestros preparadores son funcionarios de la Agencia Tributaria (AEAT) y, por tanto, han sido opositores antes de ser preparadores, lo que les permite saber qué necesita el usuario para aprobar y saber cómo se siente en cada fase de la preparación», destaca. «Nosotros no damos clase, sino que preparamos para que el opositor se convierta en funcionario. Para lograrlo, adaptamos una planificación por fases donde en cada una de ellas exigimos unas cuestiones, un ritmo de estudio y un compromiso distinto, preocupándonos hasta por el descanso que deben tener, las horas que deben dedicarle a estudiar. Todo está programado y estructurado para llegar al examen con muchas opciones de ser funcionario», cuenta.
Esta planificación conlleva que en cada fase trabajen un material diferente, todo de elaboración propia. «Es parte de nuestro éxito, elaborar el material, con toda la normativa y jurisprudencia, conlleva mucho tiempo y dedicación para que este sea de gran calidad, nunca hay un copia y pega de otro lado».
Todo ello tiene como resultado que cada año tengan más aprobados. Solo en 2024 aprobaron más de 100 alumnos con plaza fija como funcionarios de carrera entre las dos oposiciones que más alumnos tienen, las del Cuerpo Técnico de la Hacienda Pública (A2) y las de Agentes de la Hacienda Pública (C1). «Es un orgullo inmenso poder ayudar a que la gente mejore su vida profesional y personal», dice Dulce con satisfacción.
Todo esto ocurre desde una academia cuyo domicilio fiscal está en su localidad natal, Pinos Puente. «Desde el pueblo gestionamos la academia y damos las clases online», expone. «Nos sentimos orgullosos de donde somos y creemos que Pinos Puente tiene mucho que ofrecer y hay mucha gente buena y honrada, cómo nuestras familias y amigos y es una forma de dar apoyo», resalta.
El día a día en la academia es «un trabajo muy bonito y gratificante, pero también muy sacrificado». Dulce tiene en proyecto la elaboración y redacción de nuevos libros. Así, esta academia sigue creciendo. «Nos ha pasado un poco de todo, desde repartir flayers en la puerta de las facultades el día del examen con las niñas en las mochilas de porteo hasta que nuestra hija mayor escriba el nombre de su padre cómo interiorizado: Cristian CFM», evoca. «El día de las notas es unos de los mejores días que como preparador se puede vivir», concluye Cristian.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.