La tirada más larga de Javier López

La clave de su logro está sobre la nieve. La mayoría de deportistas de triatlón, asociado a la natación, el ciclismo y el atletismo, se desenvuelven bien en estas tres disciplinas, pero son incapaces de dar el salto a la modalidad invernal del triatlón, en la que se cambia la natación por el esquí de fondo, otro deporte tan exigente como los tres que se vinculan siempre al triatlón de manera instintiva. López, que compite por puro placer, comenzó a tachar cruces en su calendario de tipos de triatlón en 2019. Como el que se pone a escalar ochomiles, pero en versión triatleta. Se creó una selección española por 'grupos de edad', que daba cabida a deportistas que sin ser de élite quieren competir en pruebas oficiales. Es algo común en países del extranjero, pero en España no se había desarrollado hasta hace poco. Ahí encontró su hueco Javier López, que se estrenó en el campeonato del mundo de Suiza en 2019. «Fui animándome a medida que iba participando y he sido el único loco que ha completado este círculo en Europa», narra López, que reconoce que su caso es «curioso y excepcional» por la poca implantación que existe en España del triatlón de invierno.

Para sumar las siete modalidades en las que ha participado Javier López es necesario practicar esquí de fondo, ciclismo, ciclismo de montaña, atletismo, 'trail' y natación. Él realizó tres de ellas en 2019. Ese año llegó a la meta en el triatlón de larga distancia de Pontevedra –también ha participado en los 'ironman' de Zurich (2019), Lanzarote (2021) y Roth (2021)– y en los triatlones sprint y olímpicos de Lausana (Suiza). En la primera prueba se realizan entre uno y cuatro kilómetros de natación, entre 100 y 200 kilómetros de ciclismo y 42,195 metros de carrera a pie (una maratón). La segunda es todo lo contrario ya que se recorren 750 metros a nado, veinte kilómetros sobre la bici y cinco con los pies. Un enorme contraste en una prueba de resistencia en la que se compite durante medio día y otra que se puede resolver en hora. La distancia olímpica se resuelve en un punto intermedio con un kilómetro y medio de natación, cuarenta de ciclismo y diez de carrera.

La pandemia de coronavirus dificultó que se celebraran pruebas a lo largo de 2020, pero dado que la presidenta de la ITU es la española Marisol Casado hubo numerosos eventos que se celebraron en España al año siguiente en coordinación con José Hidalgo, presidente de la federación española.

En 2021, López completó el triatlón de invierno en Andorra, en el que se deben ejecutar diez kilómetros sobre los esquís, otros tantos corriendo y 25 kilómetros en el sillín de la bici. Luego alcanzó la llegada en las otras tres modalidades que le restaban. Una de ellas era el triatlón cross, que se celebró en Extremadura. En esta disciplina la distancia se mueve entre el kilómetro y el kilómetro y medio de natación, que se completa con entre veinte y treinta kilómetros de bicicleta de montaña y con entre seis y diez kilómetros de trail. Es muy similar a una prueba de triatlón normal, pero se cambia el asfalto por un ambiente más natural. En Avilés se celebró la prueba de duatlón, en la que Javier López también logró cruzar la meta. En esta modalidad de este deporte la natación se sustituye por más kilómetros de carrera, que se intercalan con la bicicleta. Lo habitual es que se mueva en entre cinco y diez kilómetros de 'running' para comenzar, luego se realizan entre treinta y cuarenta kilómetros en la bicicleta y se acaba la prueba con cinco kilómetros de carrera. El séptimo 'arte' de Javier López fue el acuatlón que se celebró en Extremadura. En esta disciplina se ejecuta un kilómetro de natación en aguas abiertas y luego cinco kilómetros en los que se corre. Además, en esta prueba, finalizó en novena posición.

Tras la carrera de Avilés, Javier López supo que había logrado algo que nadie en Europa había conseguido antes. «Lo habitual es que te especialices en un tipo de prueba y a partir de ahí intentes desarrollarte como deportista, pero la peculiaridad de este caso es ser polivalente para adaptarse a cada una de las disciplinas», explica López con cierto orgullo. Es su manera de resumir la tirada más larga que ha hecho en su carrera como deportista. No ha destacado en ninguna disciplina, pero se propuso ser diferente al resto por tener capacidad para hacerlo todo, como finalmente consiguió el pasado año. Atrás quedan muchas subidas a Padrollano o al Veleta en donde practica ciclismo, bicicleta de montaña, atletismo o esquí. «Granada tiene la particularidad de contar con lugares para ponerse en forma en todas las disciplinas de triatlón», resume. Para la natación en aguas abiertas también tiene el pantano del Cubillas, que incluso permite completar un entrenamiento con bicicleta y atletismo. Javier López conoce a la perfección cada rincón de la provincia para disfrutar con el triatlón. Es un todoterreno que ha logrado poner en valor del esfuerzo y la resistencia por encima del mérito de ser primero.