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La escuela Tribabyschool de Atarfe, con Eduardo Ramos y Angie Ávila.

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La escuela Tribabyschool de Atarfe, con Eduardo Ramos y Angie Ávila. FERMÍN RODRÍGUEZ
Triatlón

Tres disciplinas y mil sonrisas

La Atarfe Tribabyschool es la única escuela de triatlón de la provincia: «Sólo pretendemos que se diviertan»

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Lunes, 14 de octubre 2019, 01:27

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Carlos tiene nueve años, es pequeñito pero luce un tesón de hierro. «De mayor quiero ser nadador. O triatleta. Bueno, en el fondo es lo mismo, me da igual», se va corrigiendo sobre la marcha. Lo que parece una duda infantil es en realidad un cambio de mentalidad enorme que va a más: el triatlón ya no es un tres en uno, sino un deporte en sí mismo. Es lo que inculcan en la escuela de triatlón Atarfe Tribabyschool, la única en toda la provincia, de reciente creación junto al club de atletismo local, Acidesa y Caja Rural. «Era impensable que un deporte tan de moda no tuviese una escuela en Granada, queríamos llenar ese hueco», explica Eduardo Ramos, responsable de la misma junto a la joven entrenadora Angie Ávila, gran triatleta local.

Quince niños chapotean en la piscina municipal de Atarfe, en la Ciudad Deportiva. Todos ríen, disfrutan. Tienen entre seis y doce años y no pueden dejar de ser un poco revoltosos, pero se comportan. Son como ranitas en una charca, largo a largo. Los mira con ternura desde sus imponentes ojos claros Angie, que trata de ordenarlos. Destaca entre todos Iván, el más pequeño, ataviado con un neopreno que luce el apellido de su padre, Miguel Montoro, al igual que su hermano mayor Samuel. Ellos tienen un referente familiar, pero no pasa igual en todos los niños que forman parte de la escuela. «Atarfe Tribabyschool tiene un carácter social muy grande, con precios muy económicos en unas instalaciones caras. Educamos en valores dentro de un deporte muy completo que con sus tres disciplinas desarrolla al niño integralmente. Cada día entrenan algo diferente y no se aburren», apunta Eduardo Ramos, que quiere organizar un banco de bicicletas y neoprenos.

«La ilusión de los niños me deja sin palabras», admite en un alto en su clase Angie, que en este proyecto ha visto compaginadas sus dos pasiones, la deportiva y la docente, en lo que un día imaginó como proyecto de fin de carrera. «Me gustan los niños y me encanta el deporte, amo inculcárselo. Planteamos todo con juegos de forma muy lúdica porque queremos que los niños amen el deporte. Les meto distintas pruebas de técnica, series y hasta test de rendimiento pero sin que se den cuenta, todo con juegos», señala la entrenadora, al frente del grupo los tres días a la semana que trabajan: martes, miércoles y viernes. «El triatlón es un deporte muy completo en todos los sentidos y da mucho juego para la planificación. Se trabajan muchísimos aspectos que enriquecen a los niños a nivel físico y mental, desde el comportamiento y el respeto a los compañeros o al material hasta las relaciones personales o la competitividad», reseña.

Atractivo

Tanto Angie Ávila como Eduardo Ramos son firmes defensores de los beneficios que la formación en triatlón puede aportar a un niño. «Es muy atractivo porque trabaja todas las articulaciones y la coordinación en las tres disciplinas, se enriquecen motrizmente para el día a día aunque luego terminen abandonando su práctica. Es increíble que un deporte con tres disciplinas pueda hacerse con niños, y además no tienen que estar en tres deportes apuntados. También se puede combinar con un deporte de pelota. Al final, esa variedad es lo que genera en un niño que el día de mañana le guste realmente el deporte», razona Angie, que descubrió «un mundo nuevo» cuando se animó a practicar triatlón en sus años de carrera, impulsada por su profesor Mikel Zabala. «Me encanta, entreno dos horas todos los días y es mi vida, aunque ahora estoy opositando», expone, con varios títulos en la vitrina.

Los pequeños, en acción. FERMÍN RODRÍGUEZ
Imagen principal - Los pequeños, en acción.
Imagen secundaria 1 - Los pequeños, en acción.
Imagen secundaria 2 - Los pequeños, en acción.

La labor de Angie al frente de las clases explica el éxito progresivo de la Atarfe Tribabyschool. «Es muy divertida y me lo paso muy bien con ella», asiente Iván, que quiere ser como su padre. «Me apuntaron mis padres y lo que más me gusta es correr. El triatlón me parece más divertido que duro», asegura Máximo, uno de los mayores. «Hacemos sobre todo juegos. Mi padre y mi tía son triatletas y me dicen lo más importante es pasárselo bien y hacer deporte», añade Vera, de Alfacar. «Lo importante es hacer amigos», cierra el turno de intervenciones infantiles el volcánico Carlos.

«A mí lo que me gusta es educar y crear en los niños una adherencia al deporte, que al final salva vidas», resuelve Angie, una apuesta personal de Eduardo Ramos. «Creímos muy importante normalizar el papel de la mujer como entrenadora. La sabiduría no está en un género, y muchas niñas no hacen deporte porque no tienen referentes femeninos», lamenta este. Los papás y las mamás, como Ana, encantados: «Es un ambiente muy bonito y les gusta mucho: vuelven del cole y comen rápido para preparar ellos mismos sus propias mochilas».

«Esta escuela no busca campeones sino alcanzar el mayor número de niños posible y que se diviertan; no es obligatorio que compitan. Esto es una lluvia fina que al final cala, por eso la competición está en un segundo plano. Los niños acaban siendo grandes nadadores, grandes ciclistas y grandes atletas; por eso quieren ser triatletas», subraya Eduardo Ramos. Por ahora nadan y ríen, corren y ríen, pedalean y ríen. Son felices.

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