Un refresco en el tercer tiempo

Zagales con un 'melón' entre los brazos correteando sobre la misma hierba natural en la que se llevan placando generaciones de aguerridos rugbiers durante medio siglo. Antes venían con boina y ahora con 'smartphones' en los bolsillos, pero da igual. Rivales pero amigos al fin y al cabo compartiendo una Fanta en el tercer tiempo. El personal de Comedores repartiendo pícnics, ofreciendo alternativa sin gluten por cierto, porque lo de este personal es para que alguien con decisión política le conceda un monumento. Y padres disfrutando. Bienvenidos al deporte de formación en valores, por si alguno anda despistado.

Aterrizaron en Granada los Marrajos de Almería, los del CR Málaga, Marbella, Fuengirola, Jaén y el Mezquita de Córdoba. Seis clubes acompañando al 'Uni', formando una familia de quinientos jugadores sobre los dos campos habilitados para la jornada y más de un millar de espectadores en la grada porque, además de las familias, se acercaron muchos estudiantes de colegios granadinos que habían solicitado una entrada para el evento.

Fue uno de los primeros eventos deportivos que se celebró en Granada al aire libre después del fin de la obligatoriedad del uso de mascarillas en espacios abiertos, aunque manteniendo la prudencia. El CDU recomendó a sus invitados a portar el cubrebocas para evitar contagios en un día tan festivo.

En cuanto a lo deportivo, no se trató de una competición, sino de una convivencia para seguir inculcando rugby a los talentos andaluces. Y se realizó bajo un sistema gradual. «Antes de Navidad empezamos a jugar con un 'tocado' para evitar el contacto. No se cae al suelo, no hay golpe… Y ahora evolucionamos a un 'agarrado' de cintura, para llegar al rugby más real, pero poco a poco». Lo explica el coordinador de la cantera del CDU, José Ángel Fernández o Pibe, como se le conoce en toda Fuentenueva.

El CD Universidad de Granada ha conseguido inscribir a casi trescientos niños en sus escuelas de rugby esta temporada, «de los cuales casi treinta niños son sub 6, así que imagínate qué futuro nos espera», advierte Pibe. Para el coordinador, el secreto está en la constancia. «El Club Deportivo Universidad lleva cincuenta años trabajando. Vienes a la Universidad y es muy raro encontrar un servicio en el que alguien de allí no haya jugado alguna vez al rugby en el equipo. Existe una herencia del boca a boca porque el rugby está muy ligado a la Universidad», y viceversa.

El trabajo con los chiquillos es fundamental. «En estas categorías nuestra única aspiración es que los padres comprendan los valores que no están escritos pero que existen en el rugby. Es un deporte de contacto donde se generan unas relaciones de protección y de ayuda entre rivales y compañeros, que luego van más allá de un partido». Y sin más pretensiones, porque no hacen falta. «La ilusión es simplemente la de terminar jugando en el primer equipo y ser parte de la Universidad desde pequeño es muy bonito. También un camino muy difícil, pero lo hacemos juntos», abrocha Pibe.