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Cartas desde China ·

Se puede jugar bien al fútbol en todos los contextos posibles, es algo que está al alcance de todos

KEVIN VIDAÑA

Jueves, 17 de octubre 2019, 02:06

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Se puede jugar bien al fútbol en todos los contextos posibles, es algo que está al alcance de todos. No existen circunstancias que impidan esta coyuntura. El terreno de juego puede ser de dimensiones diminutas o gigantescas, puede ser el Santiago Bernabéu o el Estadio Municipal de Cenes, a puerta cerrada o ante 90.000 personas, en cemento, tierra o césped, que puede ser pavimento empedrado, alfombra roja o campo de patatas.

El rival puede dedicarse exclusivamente a interrumpir el juego o jugar como lo hacía el FC Barcelona de Guardiola, la pelota puede ser del mejor cuero o del peor trapo y los jugadores pueden ser de primer nivel o simples aficionados. Pueden ser chinos, africanos o neozelandeses, pueden estar programados de distinta forma si quieren. Puede llover torrencialmente, puede hacer un frío invernal y un viento incómodo. Puede quemar el sol hasta el espasmo muscular y la asfixia o puede hacer la temperatura ideal. Se puede ir por delante en el marcador o jugar en inferioridad numérica, se pueden estar jugando los primeros o últimos minutos del partido. Puede cambiar la lógica del mundo que jugar bien siempre será una única cosa. Digamos lo que digamos directivos, periodistas, entrenadores o árbitros.

No se necesitan metodologías específicas ni tampoco VAR, hacerlo bien trae consigo esa justicia poética a la que no llega dicho aparato tecnológico-económico. Jugando bien ganan los buenos, se premia la bondad y la virtud por encima de la maldad ignorante. Para jugar bien al fútbol se necesita respetar el balón y tener sentido de la amistad. Ética, respeto al prójimo y tolerancia. Se necesita solidaridad, equidad y libertad. Pasarse el balón con cuidado en el deseo de que participen todos. Se necesita entender el espacio y el tiempo propio y de los demás, calma ante los caprichos impetuosos de la mente. Se puede jugar bien al fútbol en todos los contextos posibles, solo es necesario un poquito de sentido común y saber honrar nuestra naturaleza más esencial, esa que nos lleva a ser buenos con los demás y disfrutar con balón.

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