El parón en el circuito ATP llena de dudas a Carballés

Apenas ha podido jugar los dos primeros meses de esta temporada. En la segunda semana de marzo ya se empezaron a suspender los torneos ATP y eso hizo que tuviera que regresar de forma precipitada hasta España antes de que se establecieran restricciones en el espacio aéreo. Desde hace más de dos semanas se encuentra en Granada y trata de realizar algún tipo de entrenamiento para mantener la forma, pero no tiene la posibilidad de trabajar en la pista al estar todos los clubes cerrados.

«Me pilló en Estados Unidos cuando surgieron los problemas. Estaba allí para jugar el torneo de Indian Wells y a dos días de que comenzara nos comunicaron que se cancelaba todo, por lo que tuvimos que regresar rápido todos los tenistas a nuestros países de origen», recuerda. Apenas tuvo tiempo para reaccionar y debió darse prisa para volver. «Tenía un vuelo para el 13 de marzo y fue para ese día cuando Trump dijo que se cerraban las conexiones con Europa, por lo que tuve que cambiar ese billete para adelantarlo un día. Encontré un vuelo a Londres, desde ahí hasta Barcelona, donde pasé un día, y ya me pude venir después para Granada», manifiesta.

La situación actual le llena de preocupación. No puede practicar su deporte y tampoco sabe cuándo volverá a hacerlo. Las noticias que recibe no son nada positivas y eso aumenta más su incertidumbre. «Ahora mismo pinta feo el panorama, porque se están dejando de jugar muchos torneos que había programados. Hablo con otros jugadores a través de un grupo de Whatsapp que tenemos, nos van informando de lo que va pasando y se ve mal por el momento. Van a cancelar la gira de hierba también, después viene la de Estados Unidos y allí está todo mal ahora, así que se ve complicado todo», apunta con resignación.

En principio le comunicaron que el circuito mundial se iba a reanudar el 8 de junio, pero en los últimos días les han dicho a los tenistas que Wimbledon se cancela y también la gira de hierba, en la que se disputan varios torneos, por lo que las perspectivas apuntan a mediados de julio para volver a jugar de nuevo, siempre que todo evolucione de forma positiva.

Carballés admite la incertidumbre que existe entre los tenistas. «Los jugadores estamos preocupados porque no sabemos cuándo se podrá volar de nuevo. Lo mismo en España la evolución es positiva en menos tiempo, pero si viajas te pueden pedir una cuarentena de catorce días. No sé lo que va a pasar», manifiesta. Por el momento el ránking mundial está congelado y no se sabe lo que pasará si se empiezan a jugar algunos torneos más adelante. El deportista granadino se encuentra en el puesto 99 en la actualidad.

Son múltiples las cantidades que dejará de percibir por la interrupción del circuito ATP. Calcula que es «una locura» los ingresos que cada tenista va a perder en estos meses que dure el aislamiento. Además de no poder ganar dinero en este tiempo, sabe que los gastos serán inevitables al tener que abonar la parte correspondiente a su entrenador.

Mientras dura el confinamiento trata de no perder mucha condición física. «Intento hacer ejercicios, hablo con mi preparador físico y cada día me manda rutinas para no estar parado, pese a que está claro que quedan muchos días para volver a competir, pero tampoco te puedes dejar del todo, porque si no después cuesta mucho volver. Tengo una bici estática y otros utensilios de gimnasio en mi casa, lo que me permite hacer rutinas de fuerza y algo de cardio. Lo que no puedo es hacer pista, porque los clubes están cerrados y es imposible», explica.

Los planes deportivos para él se han roto con el COVID-19, aunque trata de ver alguna parte positiva, que le ha permitido regresar para estar junto a su familia, algo que no puede hacer mucho durante el año. «Dentro de lo malo que nos ha pasado, ahora voy a poder estar un tiempo en Granada, algo que no me ocurre de forma habitual, al estar mucha parte del año en Barcelona para trabajar con mi equipo de entrenamiento. Me va a permitir ver más a mis padres y a mi abuela», indica el tenista granadino.

Le queda mucho tiempo libre y eso provoca que busque cualquier actividad. Hay una que está descubriendo últimamente. «Estoy probando hacer algo de yoga con mi novia; ella ya lo hacía y para mí es algo nuevo. Hago de todo para distraerme. Si hace buen tiempo vamos al jardín y jugamos al bádminton o al pádel, cualquier deporte que se pueda con una raqueta y así más o menos estoy entretenido», señala.