Noe, mujer de María Pérez: «Necesitaba volver a sentirse la mejor»
La compañera de vida de la nueva campeona del mundo de 20 kilómetros marcha alaba su «espíritu competitivo»: «Quienes la conocemos sabíamos de lo que era capaz»
Entre los seres queridos que María Pérez pudo abrazar en Budapest nada más proclamarse campeona del mundo de 20 kilómetros marcha estuvo su mujer, Noe ... Morillas. «Fue complicado acercarme a la meta pero pude estar con ella y llorar juntas, también luego en la zona VIP mientras iba ya de entrevista en entrevista. Sentimos mucho alivio después de todo el año que pasó. Aunque ya se había sacado una espina con el récord del mundo en 35 kilómetros, María necesitaba volver a sentirse la mejor en su distancia, que son los 20», compartió con IDEAL.
«Se ha quitado mucho peso de encima», aseguró. «Ella sabía que el trabajo estaba hecho, y que era bueno, pero luego tenía que salir en la competición y siempre hay muchos factores que no dependen de ella. Leyó la carrera muy bien, conteniéndose y evaluando a sus compañeras, dejándose ver pero sin cansarse hasta el ataque a los 15 kilómetros. Sabía lo que iba a hacer», analizó Noe Morillas, bajo su privilegiada perspectiva 'in situ'. Su mujer voló de Málaga a Budapest el día anterior junto a otros amigos, que a su vez se unieron a otros por parte del entrenador de María Pérez, Jacinto Garzón.
«Quienes la conocemos sabíamos de lo que era capaz», presume Noe Morillas. «Aunque diga que se planteó dejar la marcha, no sé hasta qué punto lo pensó de verdad porque creo que su espíritu competitivo no le iba a dejar hacerlo fácilmente. Al final, en cuanto despejó esa niebla en su cabeza, hizo lo que suele: trabajar en silencio, y con mucho sacrificio, para demostrar la atleta que es. Sabía que lo iba a conseguir», se congratuló su mujer. «María es en el día a día como se la ve en el deporte. Me sorprende a diario porque evoluciona, y aunque yo soy mayor que ella, es muy madura. Tiene sus cosas, porque es cabezona y a veces chocamos mucho porque también yo tengo carácter, pero nos complementamos. Es persistente y constante, y observa y aprende muy rápidamente», la describió.
A Noe Morillas le diagnosticaron cáncer de útero hace tres años. Una enfermedad que afortunadamente superó pero que supuso un punto de inflexión en la vida de María Pérez, tanto en lo personal como en lo deportivo. «María cargó mucha responsabilidad sobre su espalda y tuvo que aprender que ella no tenía el control sobre lo que me estaba pasando. Lo pasó bastante mal. Se dio cuenta de que no podía controlarlo siempre todo y aprendió a ver la vida de otra manera. Le hizo evolucionar», sostuvo. «Fue justo antes de los Juegos, saliendo de una pandemia… cualquier otra persona habría tirado la toalla en su situación. Ella, al contrario; lo transformó en una fortaleza. Aprendió a disfrutar más del día a día… antes no disfrutaba tanto de sus triunfos ni de su gente, aunque siempre ha sido muy familiar, como lo hace ahora», celebró.
En Budapest, la mujer de María Pérez tuvo muy presente el vaticinio que hizo en 2017 el fisiólogo de la marchadora, Jesús Rodríguez Huertas, junto a quien vivió la prueba. «Cuando la acompañé a su primer Mundial, en Londres (fue décima), me aseguró: 'Tu chica va a ser campeona del mundo'. Y justo antes de la carrera me dijo que este era el día, ¡y acertó!», festejó. Y añadió: «También me tiene dicho que va a ser campeona olímpica».
Su madre, desde Orce
Desde su casa en Orce lo vivió su madre, Paqui, que no quiso despertar a los 'nietecillos' que cuidaba y no pudo acompañar a su marido y padre de María Pérez, Luis, que sí acudió al centro cultural del pueblo en el que se proyectó para otros treinta vecinos pese a lo temprano que fue. «Estoy muy orgullosa, porque hizo un buen trabajo y venía de haberlo pasado muy mal», destacó. Sufrió «muchísimo» viéndola por televisión. «Fue de las carreras en las que peor lo pasé, porque iba con el miedo a que la amonestasen y la descalificaran otra vez… La quería matar cuando la vi andando al final», aseguró.
«Creo que esto es un empujón grandísimo para ella, para seguir marchando y haciendo atletismo. Ver que los sueños se cumplen desde un pueblo tan pequeño es muy ilusionante para cualquier deportista», apuntó su madre, Paqui. «Será un referente muy importante para quienes vienen detrás. Todos los trabajos tienen sus piedras en el camino, y ella las ha superado, aunque ha sido muy duro», insistió, orgullosa.
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