El Maracena especula y se le escapan dos puntos

El Maracena salió muy concentrado y bien plantado, queriendo el balón, haciendo daño al espacio y con sus tres centrales, Rosales, Santamarina y Castellanos anulando las bazas ofensivas de los rojiblancos, que no sabían por dónde profundizar. Los porteros apenas sufrieron durante el primer cuarto de hora, hasta que Gallo, tras tirar un túnel, probó a Molero con un disparo que salió mordido. Respondió Farfán por el Atlético Porcuna, con un remate desde la frontal muy mejorable. Se marchó altísimo.

La siguiente ya no fue de prueba. El trilero, en el mejor sentido de la palabra, Bolívar volvió loco a Alón en la izquierda y puso un centro que no parecía demasiado peligroso. La defensa se durmió y apareció Cristóbal para empujarla en semifallo. El balón entró pegadito al poste izquierdo. El gol animómás a los visitantes, que empezaron a colgar balones. En uno bien pudo llegar el empate. Michu la puso con rosca y la peinó Juanma. El balón botó delante de Rubén, que se comió el esférico y vio desde el suelo como el balón se iba al larguero.

Fue la última de un primer tiempo que mostró la cara A del Maracena. La B fue la especulativa. Los azules salieron dos pasos por detrás, con un conjunto rojiblanco que interpretó bien el segundo acto, introduciendo a Luisito, un revulsivo que desarboló el centro del campo maracenero. Sin embargo, no lograban atinar con el último pase y Bolívar seguía siendo un escapista. Una ruleta, una bicicleta y se plantaba en el área. Uno de sus centros lo remató bien Peinado, pero se marchó cerca del poste.

Desde ahí, un carrusel de cambios y de lesiones (Luiso y Peinado) en el Maracena que obligaron al equipo local a echarse más atrás aún, a pesar de que su entrenador, Luis Torres, no dejaba de gritar al equipo para que saliera de la cueva. Hubo una posible agresión de Luisito del Porcuna a Javi Ruiz que ni asistente ni árbitro pudieron ver. Y, tanto fue el cántaro a la fuente,... En una jugada maravillosa de tiralíneas, Miguelito hizo una pared y se plantó ante Rubén, al que sorteó en un regate que le dejó ante la red desnuda.

El empate espoleó al Atlético Porcuna, pero fue el Maracena el que pudo poner el 2-1. Lo hizo en una sensacional jugada de laboratorio. Un falta en la frontal que, cuando todos esperaban que se lanzase directa, pusieron con un pase raso a la frontal donde Bolívar controló y la metió dentro. El línea señaló un dudoso fuera de juego. Así terminó un empate que no satisface a ninguno y que dejó, además, varios lances duros en la segunda parte. Pero, por encima de todo, volvió el público a Maracena, regresando el ruido, el chascarrillo, el aliento y el fútbol en toda su plenitud. Una lástima que los maraceneros no lo celebren con tres puntos.