Un granadino tras los esquís de la brillante Lara Gut

Granadino de Sierra Nevada que nació por el azar de la vida en Sevilla en 1976, el actual preparador personal de Lara Gut eligió dedicar su vida a la nieve y esta le viene recompensando con creces. Corredor en su juventud del club de Monachil y de la Sociedad Sierra Nevada, José Luis Alejo estudió Magisterio hasta que pudo entrar en INEF y descubrió cuántas nociones del alto rendimiento deportivo podía aplicar a su pasión, el esquí. Su primer gran deportista fue Juan Carlos Molina, campeón paralímpico. «Era un fenómeno, pura dinamita. Innovamos, hicimos locuras y nos fue muy bien. Fueron unos años muy divertidos», rememora. Alejo pasaría por las federaciones andaluza y española hasta que, en 2003, Mauro Pini le reclutó para el equipo de Copa del Mundo en el que corría María José Rienda.

«Fue un 'boom', tuve la suerte de descubrir la élite con una española en la cima. María era puro tesón y disciplina, pero además es que siempre tenía una sonrisa. Fue brutal compartir su primera victoria en Copa del Mundo; siempre te preguntas qué se sentirá. Todavía guardo el trapo», admite. Sin embargo, el mayor aprendizaje de su carrera le vino de la mano de Carolina Ruiz como responsable de su preparación física junto al recientemente fallecido Valerio Ghirardi. «Descubrí que lo que me gustaba de verdad era la velocidad, el descenso, y me desarrollé como entrenador de nieve. Aprendí a tener ojo, a interpretar las pistas, las trayectorias para perder menos velocidad... Crecí mucho», refleja Alejo. Pasó nueve temporadas junto a Carolina Ruiz y nació el entrenador integral. «Sabía que mi labor principal era la preparación física, pero empecé a entender todo lo técnico-táctico y vi lo que podía aportar a nivel psicológico también, lo que puede ayudar o dañar una sola palabra. Vi que me podía convertir en un buen entrenador», aprecia.

A la retirada de su corredora le siguió un impasse personal de dos años en Sierra Nevada hasta que, en 2016, Manuel Gamper le dijo que andaba buscando a alguien exactamente como él, especialista en el aspecto físico orientado hacia la velocidad, para la federación suiza. «Ni me lo pensé», admite Alejo. Le citaron para primavera y, cuando llamó, se llevó una sorpresa; Gamper ya no era el 'jefe' de Suiza, sino de Canadá. «Me dio igual», reconoce. «Pasé con ellos tres años muy bonitos en los que me sentí muy valorado, porque no es lo normal que una persona del sur de España trabaje en un equipo tan potente de un país 100% invernal. Aprendí mucho del intercambio de información entre sus diferentes deportes y fue muy gratificante llevar al equipo de eslalon arriba, más allá de individualidades», resalta.

Entonces, cuando menos lo esperaba, volvió a su vida Lara Gut, aquella chiquilla que le fascinó con once años y que ya lo había ganado todo. Suiza le asignó al granadino una preparación exclusiva que ha dado sus frutos en forma de victorias, con diez podios esta temporada, la segunda más exitosa de su carrera. «Demandaba un cambio y yo no le he aportado más que otra visión de la preparación física, pero el 'click' lo hizo ella. Ha conseguido un buen equilibrio físico, técnico y mental», le premia José Luis Alejo, coordinado con su padre y entrenador Pauli Gut. «Yo le puedo estar ayudando a ella, pero no se hace una idea de lo muchísimo que me hace mejor ella a mí; soy mucho mejor entrenador a su lado que ella corredora al mío», esgrime.

Enamorado del 'arte' –«el 'feedback', el 'feeling' con el deportista»– sobre la matemática del rendimiento al alto nivel, José Luis Alejo fue reconocido en 2020 por la Real Federación Española de Deportes de Invierno con el I premio Israel Planas al mejor entrenador del año por ser el español con más experiencia y triunfos en Copa del Mundo. «La victoria era ganar un premio con el nombre de Israel, que era pura pasión, un toro», sostiene acerca del técnico fallecido en 2017. La vida de José Luis Alejo discurre entre las mejores estaciones de esquí del mundo, pero todavía se emociona cuando sube con su furgoneta a Sierra Nevada: «No hay cosa más guapa que esquiar con los colegas».