Violencia verbal en el fútbol base de Granada

Aitor, el árbitro de 13 años, sufre nuevos incidentes con padres entre el público

El Ciudad de Granada acababa de marcar el 4-1 en el minuto 41 de la segunda parte cuando este primer aficionado identificado como simpatizante de dicho equipo por sus cánticos entró al terreno de juego para situarse junto al área técnica y dirigirse hacia Aitor de viva voz y con aspavientos en los términos de «comemierdas, qué malo eres». Una vez abandonó la instalación al activarse el primer paso del protocolo, el partido se reanudó tras dos minutos detenido y cuatro o cinco mujeres también identificadas como seguidoras del conjunto visitante por sus cánticos y una camiseta se colocaron junto al banderín de una de las esquinas del terreno de juego para gritarle en términos como «árbitro gilipollas, cómete una mierda, qué malo eres, niñaco de mierda, hijo de puta».

Fue entonces cuando Aitor activó el segundo paso del protocolo, retirándose al vestuario y solicitando la presencia de la Policía Local. Una vez se personaron dos agentes a los 15 minutos, el árbitro se dispuso a reanudar el partido pero el delegado del Ciudad de Granada le comunicó que su equipo no tenía «jugadores para poder continuar al llevarse los padres a los niños». Por tanto, al colegiado no le quedó más remedio que suspender definitivamente el encuentro.

En cualquier caso, Aitor decidió asignar una tarjeta verde a la afición local del Santa Fe «por intentar calmar la situación». «En todo momento me ayudaron y me felicitaron por mi labor tras los incidentes», agradeció en el acta del encuentro. En declaraciones a IDEAL, su propio padre confirmó que el joven árbitro se encuentra bien y que «por desgracia entiende que cada 'x' partidos tendrá que vivir estas situaciones».

El director del Ciudad de Granada, Francis Lozano, así como el entrenador del equipo involucrado, llamaron expresamente a Aitor y a los responsables del Santa Fe para disculparse en varias ocasiones y lamentar que no pudieran hacer más. «Estamos intentando erradicar este tipo de incidentes por todos los medios, pero no es fácil; nos reuniremos con los padres y veremos qué medidas podemos tomar. Nuestros jugadores se fueron a sus casas llorando», se resignó, en palabras a este periódico.