Espantachunchos

El movimiento debe ser brusco para convencer la ingenuidad del otro, así como el gesto facial debe ser apropiado; morderse la lengua o fruncir el ceño ayudan a dicho engatusamiento. Te hago creer que recibirás un pelotazo y me voy por el camino que explanó tu cobardía, me aprovecho del miedo que generé en tus entrañas. El 'espantachunchos' es puro fútbol, pues se argumenta en tres principios que César Luis Menotti considera fuente y origen de toda las cosas: espacio, tiempo y engaño. Engaño que se sirve de lo esencial para sacar ventajas espacio-temporales. Levantar la pierna propia para apartar la vista, desviar la atención y descuidar la posición ajena, para ganar dos segundos respecto a los deseos e intenciones del otro.

El 'espantachunchos' es juego en sí mismo, una estrategia fundamentada en caracteres universales. Valdivia lo hizo dar de sí haciéndolo extensible al mundo. Abdelhak Nouri en los juveniles del Ajax o Piri Martínez en el fútbol chino han sido dignos abanderados de esta superchería que representa el fútbol bien entendido. Aunque se trate de un regate áspero y grosero que merma la moral y desespera la paciencia del adversario, que se ve demasiado burlado en el enfrentamiento directo. Porque Xavi, Iniesta y Busquets 'agraviaban' con sus asociaciones, sumiéndolos en depresión y pérdida de identidad, pero lo hacían de manera elegante y sutil. El 'espantachunchos' es distinto, es afrenta y ultraje para irreverentes.