«Me encanta saltar, me hace sentir especial»
Una Stancev, campeona andaluza absoluta con 16 años en salto de altura, reside en La Herradura desde los diez meses
José Ignacio Cejudo
LA HERRADURA
Jueves, 7 de marzo 2019
La edad se convierte en algo secundario cuando un deportista tiene el convencimiento y las condiciones para triunfar. Se puede leer la ambición en el ... rostro de Una Stancev (Serbia, 2002), un deseo espontáneo y natural como su devoción por el deporte desde niña, desde que a los diez meses su familia decidiese trasladarse hasta La Herradura, donde encontraron su paraíso en la Tierra. A sus 16 años, la saltadora de altura del Cueva de Nerja es campeona de Andalucía en todas las categorías, también absoluta, y colecciona también medallas a nivel nacional. Su club ya presume de ella en una División de Honor que no se le queda pequeña. Porque para Una Stancev, que sueña con superar los dos metros, ningún salto es demasiado atrevido. «Me gusta que me miren, me hace sentir especial», apunta, con timidez y soltura.
Un poco de contexto ayuda a comprender una precocidad que asusta. «El deporte y yo somos como hermanas gemelas», cuenta Una Stancev. «De pequeña no paraba de moverme, haciendo el pino, poniéndome boca arriba… mi padre Boban era profesor de Gimnasia y me ayudaba, yo quería aprender trucos nuevos y él me enseñaba», recuerda. Con cuatro años, y siguiendo la ilusión materna, accedió a la escuela profesional de danza sexitana Aromar. Ahí comenzó un auténtico carrusel deportivo que terminó en el club de gimnasia rítmica también de Almuñécar junto a Zuzana Hanzlova, donde conoció el éxito antes de descubrir el atletismo en algunas competiciones escolares, donde ya sintió 'feeling' por el salto de altura. «Todo este deporte me dio estabilidad en la espalda, músculos muy adaptados y coordinación, algo que me ayudó en el atletismo», afirma Una Stancev.
Fue una amiga quien la invitó a probar suerte en las escuelas de atletismo de Nerja. Sus padres la llevaron 'para que se le quitase la tontería'. Ya no la dejarían marchar. «Juan Carlos Salcedo, el coordinador, me dijo: 'tú vas a probar altura'. Yo le dije que sí porque ya sabía que era lo que quería», rememora la joven serbia. En el primer control logró la mínima andaluza de su categoría y poco más tarde la española. Era un prodigio.
Diversión
A Una Stancev le encanta saltar porque ante todo le resulta divertido, una vocación infantil que la llena por dentro. «Me gusta todo el proceso. Me siento especial al saltar, importante. A las competiciones vas a ganarte a ti misma, no a las demás. Son tres horas de competición y la clave es gestionar la concentración, porque también puedes divertirte y hablar. Lo importante es sentir tus saltos, porque si no no tiene sentido. Me tomo mi tiempo hasta que sé que lo voy a hacer», describe, emocionada, la adolescente.
La 'herraureña' serbia –«me siento de ambos lugares, mis raíces son importantes y nunca las voy a olvidar»– recuerda su primer gran triunfo en un Campeonato de España cadete en Murcia, con apenas catorce años. «Me sentía la reina del mundo. Había sido bronce, pero en mi cabeza era la mejor», expresa. «Aunque me costaba creerlo nunca sentí vértigo. Siempre quise comerme el mundo», añade convencida. Ese progreso conllevó que Juan Carlos Salcedo decidiese traspasar su entrenamiento al campeón mundial sueco Ola Karlsson, residente en Mijas y responsable de saltos en las selecciones andaluzas. «Confiamos el uno en el otro, habla de tú a tú y conoce los momentos de flaqueza del saltador», le agradece Stancev.
Única saltadora de altura en la pista de Nerja en la que sigue entrenando, Una Stancev acusa en ocasiones la soledad, aunque por poco tiempo. «Este es el camino, en solitario. Sé lo que quiero y voy a luchar por ello, me da igual entrenar sola; lo voy a hacer», se reafirma. Con una personal de 1.73 metros, sueña con alcanzar el 1.80 esta temporada y los dos metros en el futuro, o al menos eso le dice a su entrenador Karlsson. No le importa que sus rivales le saquen diez años: «No miro los listados, sé quién soy y me respetan ahora que me conocen más». Quiere ser internacional con España y participar en unos Juegos Olímpicos. De paso, ganarlos. «Siempre queremos más, ¿no?», resuelve Una Stancev, natural como La Herradura, el paraíso que le robó el corazón.
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