«El deporte es motivador, nos hace capaces de ganar una medalla»

Hace catorce años, catorce; cuando pocos hablaban de los retos que había que afrontar en el entorno de la inclusión y de la igualdad, nació una iniciativa de manos de un grupo de profesionales que todavía hoy, quizá porque se encuentra alejada de las inherentes presiones mediáticas, continúa respirando la pureza con la que se ideó. Sacar la asignatura del deporte a la cancha y ponerla en práctica, trabajar con la herramienta de la actividad física.

Los Encuentros Deportivos de Centros de Educación Especial han celebrado esta temporada; en mayo, su decimocuarta edición y andan ahora sus organizadores rematando detalles para que la decimoquinta sea aún mejor. Alumnos de Nuestra Señora de la Esperanza de Guadix, del Jean Piaget, San Rafael, Santa Teresa, Purísima Concepción, Luis Pastor, Docete Omnes y Sagrada Familia se reunieron en la Ciudad Deportiva de la Diputación, en Armilla, para celebrar un día de convivencia deportiva entre los alumnos de los centros específicos de toda la provincia.

Desde el sempiterno fútbol, hasta los juegos psicomotrices pasando por talleres de rugby, baloncesto o floorball. Llevar una jornada con más de quinientos deportistas con discapacidad física, sensorial o intelectual a cabo, hacerla educativa e inclusiva y por supuesto divertida, no es nada fácil. Pero este grupo de profesores parece haber hallado la fórmula.

Elisa Alcalá es una de las organizadoras de esta cita, que en sus palabras «surgió por parte de varios centros, como un método de hacer algo relacionado con el deporte para nuestros chavales», se pretendió que fuera «una cita alejada de los focos, que nos permite hacer trabajo de campo«. «Mira, para nosotros aparte de hacer el deporte en sí, que todo gira alrededor de esto, nos sirve para trabajar la socialización, la comunicación y las habilidades sociales de nuestros alumnos porque ellos se conocen ya de otros años y se reconocen cuando juegan. Así que trabajamos eso con el deporte, que une, que sirve para hacer amigos, y el valor de la amistad ese día está ahí presente», puntualiza.

Llama la atención el lema de este encuentro, 'Educación inclusiva sí, pero especial también'. «Esto surge a raíz de todo esto que está ahora en boga en los centros de educación especial y relacionado con las familias. Reivindicamos que estos centros son necesarios. ¿Es educación especial? Sí, ¿es Inclusiva? También. Nuestros chavales se ayudan entre ellos, lo mismo que se pretende en la escuela ordinaria con la educación, que los alumnos se ayuden entre sí. Y nosotros trabajamos los mismos valores, porque conseguimos que nuestros alumnos con necesidad especial colaboren entre sí. Que chicos con autismo que tienen mucha dificultad a la hora de trabajar sus relaciones sociales, sean capaces de llevar la silla de ruedas de un chicho con parálisis cerebral. Ahí ya hay una interacción social, un vínculo entre ellos. Por eso es inclusiva también», explica Alcalá.

Pero la inclusión es trasversal y en este encuentro deportivo se pone de manifiesto la participación de estudiantes de distintos ámbitos, que participan aquí de forma activa con la intención de formarse en la atención especial. Alumnos del Medac, del Instituto Blanca Paloma o de la Universidad de Granada. Para ellos, se trata de una práctica para su futura profesión, de extrapolar la teoría a la realidad que habita en la calle, en las canchas, en los pabellones.

Y no se escapa del ideario, que la pureza de esta cita, también puede hacer que se marchite por exceso de éxito, pero aun así el objetivo continúa siendo el del crecimiento. «Desde hace cinco años estamos invitando a todas las aulas específicas de centros ordinarios de Granada y provincia. Es cierto que a una aula de Guadix por ejemplo le cuesta muchísimo desplazarse ese día. Pero por ejemplo este año nos acompañó un aula específica del instituto Mariana Pineda, del Reyes Católicos de la Zubia, del Colegio San Miguel de Armilla… Aunque sus alumnos están en centros ordinarios, vienen esos días y los comparten con nosotros. Sí que es cierto que por las características y necesidades de nuestros alumnos, es un día complicado porque hay algunos que por ejemplo el ruido les molesta muchísimo, así que a lo mejor conseguir que participen es un reto importante. Pero hoy por hoy lo que hacemos es juntarnos los centros públicos para trabajar en grupo», pone Alcalá en valor.

Desde el juego del paracaídas que tanto estimula el trabajo de las sensaciones por sus colores y el ritmo, hasta la pura competición en fútbol sala y baloncesto pasando por el rugby. «Este año hemos propuesto actividades psicomotrices como lanzar un aro o la pelota, saltar… Pero ¿qué pasa? Que cada vez en los centros específicos tenemos niños con menos competencias físicas. Entonces buscamos ese tipo de actividades, que enganchen a todos, como el paracaídas. Las pruebas motrices este año las hemos hecho en plan pionero a ver cómo funcionaban y han sido un éxito porque todos los chavales que las han probado lo han pasado de escándalo. Desarrollan ese espíritu competitivo, que también tienen que tener aunque saben que lo importante es participar porque aquí ganamos todos. Pero le damos protagonismo al rugby o al floorball… No dejamos de lado al fútbol, pero intentamos que no sea el deporte estrella».

Y en cuanto a deberes para las próximas ediciones que ya se ponen en marcha… «Queremos incrementar la participación del atletismo y aumentar la gama de actividades psicomotrices». ¿Y para los medios? «Pedimos difusión para que todo el mundo vea que estos chicos son 'capaces de'. Que todo el mundo lo sepa. El deporte es una herramienta motivadora, de superación, de salir de esa burbuja de protección que los limita mucho más de lo que pueden hacer. Ellos sienten realizados, capaces, de ganar una medalla». Y ese es el triunfo de todos.